Un hotel con encanto, donde desde la recepción se nota amabilidadc y cercanía, sin perder profesionalidad. Unas instalaciones complementarias de lujo en el tema de pisicna, terrazas, salones de trabajo... lo que nos hace pensar que modernidad y practicidad no está reñido con elegancia y calidez como tienen estas instalaciones

Las habitaciones son suficientemente amplias, cómodas, con buenas vistas, buena mesa de trabajo, la cama es amplia y confortanle con buen ropaje. El baño con bañera de hidromasaje algo antigua pero buen grupo de ducha. Complementos de baño más que bien.

El desayuno variado y completo, con buena calidad de materia prima y un lujo poder hacerlo en la terraza.

Hay garage exterior sin cargo y buena wiffi.

Un sitio que te apetece venir con la familia a pasar unos dias, incluso sin salir a muchas excursiones. Eso es mucho.

Magnífico hotel en la zona de Les Rotes. Con 33 habitaciones ubicadas en una casa señorial de dos alturas. Reformado en el 2006. Sin verlas, hay unas habitaciones situadas en la parte inferior de la piscina que descartaría por su ubicación. Nosotros estuvimos en la habitación 201 (último piso con habitaciones, el tercero corresponde a un solarium), una suite junior amplísima, calculo que en total sobre 50m2. Habitación con dos balcones a dos fachadas (esquina) y vistas al Montgó. Por ponerle una pega, se oye demasiado el baño de la habitación de al lado. Servicio gratuito de minibar, caja de seguridad, wifi y parking. Botella de vino de cortesia el día de la entrada. Baño muy amplio, con bañera hidromasaje y ducha separada. Cama de 200 x 200, de una dureza casi perfecta. Ubicación tranquilísima del hotel. Piscina y entorno del hotel muy destacable, a tan sólo 100m del paseo del Les Rotes. Desayuno abundante y variado. Servicio atento y muy familiar. Completo los cuatro días que estuvimos.