Un Ritz-Carlton de altísimo nivel y factura en consonancia

Tenerife, Guía de Isora, al sur de la isla. Un precioso resort que ocupa una inmensa finca con campo de golf que termina al borde del mar. Además del hotel, existe la posibilidad de alojarse en los apartamentos o en las lujosas villas.

El entorno es una elegante mezcla de naturaleza y arquitectura asiática y africana. Espacios comunes cuidados y laberínticos: lagos, parterres, puentes, praderas de césped, ascensores panorámicos y palmeras. Playa artificial exclusiva para los clientes, con barrera de arrecife, arena fina y agua impecable. Dos piscinas, una muy grande y sinuosa, al estilo de las caribeñas y otra algo más pequeña. Aunque desde dirección aseguran que ambas están climatizadas, la temperatura de la segunda es mucho más agradable en estas fechas no del todo primaverales. Recepción de madera y mármol, diáfana y grande, con bares, tiendas y varios centros de negocios a su alrededor. Habitaciones minimalistas, amplias, luminosas, limpias y modernas, con cama king size, mini bar, sofá en "L", TV de plasma con varios canales y gran terraza con vistas a La Gomera. Cuarto de baño nuevo a estrenar con dos lavabos, variedad de amenities y con todos los servicios por separado.

Para los que no somos tan deportistas, quizá el principal atractivo del "Abama" sean sus interesantes propuestas gastronómicas, en especial las sucursales de ""Kabuki" y "Berasategui". Previa reserva, pues de otra forma es complicado conseguir mesa, cenamos en el japonés una de las noches y salimos más que contentos. Excelente materia prima, originalidad, cuidado en cada uno de los platos y preciosa carta de vinos, de esas que se te queda una sonrisa de oreja a oreja cuando acabas de leerla. Aparte de éste, otros interesantes restaurantes son el italiano y el argentino, no llegan por supuesto al nivel del anterior, pero cumplen expectativas. Igual que los desayunos: un buffet libre completo, nutritivo, dulce o salado. Una increíble y diversa propuesta a gusto del consumidor, de mucha categoría.

Vayan o no con niños, en mi caso tengo un bebé de casi dos años que prácticamente no se despega de mí, les aconsejo que visiten el "mini club". ¿Han visto la película "Big"?, ¿Recuerdan la casa que se alquila Tom Hanks cuando crece de repente?. No les digo nada más.

Por último, no quiero dejar de comentar dos importantes apartados a lo hora de que puedan plantearse una estancia en el hotel: la atención de los trabajadores y el precio. En el primer aspecto, grato servicio y profesionalidad del personal, compuesto en su mayoría por un grupo de gente joven, que salvo una o dos excepciones tiene ganas de agradar. Empleados que suplen la falta de tablas (pues aún les queda mucho bagaje y se nota) con educación y cortesía. Con lo segundo, haré una reflexión: para saber si algo es económico, caro o carísimo debemos valorar parámetros como eficiencia, satisfacción personal, exclusividad o competitividad. Nuestras impresiones fueron enormes, salimos asombrados de haber encontrado un lugar así en España, tan visual y con tan buen gusto, el problema es que el coste de una comida en el chiringuito de las hamacas, un par de copas en el "Sports Bar" o la factura final no es que sea demasiado elevado, es que es desmesurado, el más alto que conozco dentro de nuestras fronteras. Si así pues se deciden a ir, pues atributos le sobran, vigilen sus bolsillos.

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