Segunda parte de unas vacaciones fraccionadas. Precio un poco más caro que si hubiésemos reservado con anterioridad pero... fue una decisión casi de última hora.
Conocimos este hotel hace 3 años y quedamos encantados. Este año hicimos una primera parte de vacaciones en un hotel "hermano", quedamos defraudados, y la segunda parte fuimos a lo conocido.
No hay que preocuparse de dónde dejar el coche ya que hay aparcamiento propio del hotel y gratuito. la recepción es pequeña y acogedora; decorada, como el resto del hotel, con un gusto exquisito dentro del clasicismo que impone una casa ducal rehabilitada. El personal de recepción (y de todo el hotel) es amabilísimo y procuran que disfrutes de la estancia en todo momento.
El hotel es la antigua casa de los duques de Medinaceli, habilitada como hotel. Tiene un patio central acristalado precioso. Pinturas, tapices, muebles de época. El hotel cuenta con una capilla y una sala de lectura-biblioteca que es un remanso de paz y silencio.
Nuestra habitación es amplia, muy agradable, impecablemente limpia y con un olor muy gradable. Es una junior suite con un mobiliario muy clásico y 3 dependencias. Salón con sofá, dos sillones, escritorio y televisión (los asientos muy cómodos), dormitorio con otro televisor, minibar y escritorio. Cuarto de baño con bañera y ducha separadas, sanitarios separados del resto del aseo. Los amenities incluyen hasta pantuflas.
Desayuno tipo buffet. Lo mejor es poder desayunar en el jardín, al fresquito de la mañana, leyendo el periódico. Café recién hecho. El buffet muy cuidado con embutidos ibéricos, jamón, salmón, fruta fresca, bollería reciente. Si quieres huevos te los preparan en el momento (no están allí, en el salón, bajo una campana) a tu gusto.
La piscina es un poco pequeña y con el agua bastante fría porque tiene muchas horas de sombra. Un paseo a la caida de la tarde por la piscina y el jardín botánico para luego sentarte a tomar un palo cortado (no es nada caro tomar una copa) en el jardín mientras lees un rato... es una experiencia de relax única.
Hotel más que aconsejable al que espero volver con cierta asiduidad si el tiempo y la economía me lo permiten.

Hotel en el que he estado durante 6 noches. Ocupa la antigua residencia de la familia Terry y situado junto a las bodegas del mismo nombre.

Patio de entrada muy acogedor, con techo acristalado, bien amueblado.

Recepción muy agradable asi como todo el personal del hotel.

Habitaciones muy amplias, con buena insonorización, baños muy amplios con su distintos pseudo apartados y buen nivel del aire acondicionado.

Desayunos, con muy buena materia prima, reposición constante y café de los de verdad recién elaborado para cada comensal. El desayuno se puede tomar en el comedor o en la terraza al aire libre que da acceso al jardín botánico en el que también se encuentra una piscina de uso para el hotel al aire libre.

Aunque se celebro en el fin de semana una boda y una comunión no alteraron la estancia ni molestaron a los usuarios del hotel.

El precio es con desayuno. Muy buen relación calidad precio.

Ocupa la antigua casa Ducal de Medinaceli , estando totalmente renovado con muy buen gusto. Supieron combinar el clasicismo y el señorio andaluz con las nuevas teconoligis. Tiene un patio interior preciso con sofas comodos y un restaurante precioso.
Las habitaciones, como todo el hotel, son muy amplias, intimas , acogedoras y confortables.
Muy buen se4rvicio , muy amable y profesional. Buenos desayunos.
Tambien tiene jardines , lo que provoca una mayor sensacion de desahogo