Acudimos en el puente de diciembre. Este coqueto hotel/spa está situado a 3 kilómetros de Peñafiel. La impresión que da el pueblo es de tener 20 habitantes como mucho, así que la sensación de tranquilidad te invade desde antes de bajarte del coche.
Estuvimos prácticamente solos durante tres días, así que campamos a nuestras anchas. Las dos veces que acudimos al SPA estábamos solos, disfrutando de las instalaciones: nos trajeron un zumo de limón muy rico durante las dos sesiones de la zona termal. Los tratamientos que escogimos, nos encantaron: Beatriz es una profesional de los pies a la cabeza, mi compañera se quedó alucinada con su capacidad para solucionar dolores en diferentes partes del cuerpo tocandote los pies. El baño de vinoterapia, una experiencia.
Las habitaciones son confortables, la cama muy cómoda, el baño muy correcto. Hay una estancia con una presa decorativa, enfrente de un mueble lleno de botellas de vino donde hacen catas organizadas. Allí es el rincón ideal para poner uno de los discos de música y/o leer alguno de los muchos libros que hay. En el salón también estuvimos una tarde muy agusto, solos, viendo una película en el gran plasma y tomando una cerveza.
Del restaurante solo podemos hablar en el desayuno porque no hicimos uso durante las cenas: si bien no hay ningún lujo, si que te aprovisionan de lo necesario para comenzar el día con buen pie: tostadas, tomate triturado, alguna fruta, tarta casera, algún dulce, algo de embutido, queso, cereales, actimel, zumo de naranja (no natural), agua, café, leche... etc.
La atención fue muy correcta y atenta durante los tres días.
La verdad es que bien pensado, habría estado bien disfrutar más del hotel, en nuestro caso no fue así porque estuvimos todo el día de una bodega en otra, y cuando no tocaba bodega nos íbamos a un restaurante en Peñafiel o en Quintanilla, o incluso a Valladolid a ver a nuestro equipo, así que descansamos poco.
El precio que pongo es del alojamiento con desayuno en el puente de diciembre, que es temporada alta. Después de reservar vimos en internet que había una oferta del 20% de descuento, supongo que la crisis también les está afectando. En cualquier caso nos llevamos un grato recuerdo.
Es un lugar único, en una comarca única y con una atención única. Hemos disfrutado con la tranquilidad y la paz que Maria Pilar y su marido nos han regalado. Habitaciones excelentes, camas como no hay en hoteles españoles, el Spa y la fisio beatriz son perfecto y las recomendaciones para conocer la zona siempre acertados.
Volveremos!, vayan!...
Nuestro grado de satisfacción quedo por debajo de nuestras expectativas.Recibimiento nulo,exquisitamente caro pero escasa profesionalidad.No recomendable.
Así podemos definir este Hotelito/Spa. Agradable y tranquilo, que reforzado por las instalaciones de SPA se convierte en un oasis de tranquilidad. Habitaciones confortables y espaciosas, bien insonorizadas. Cuenta con restaurante que bien merece una visita. Peñafiel a unos 5Km, bodegas a tiro de piedra, buen comer y mejor beber, que más se puede pedir?
Nosotros optamos por un pack en el que ademas de la habitación se incluian dos cenas y un par de tratamientos en el SPA, muy bien.
El servicio es atento, profesional y muy agradable.
En la sección de "enoturismo" podeis encontrar amplia información.