Sorprendente

Hotel de buen nivel, céntrico, con buenos salones, ubicado sobre fincas antiguas y por tanto algo laberíntico en su distribución. Ya la entrada sorprende por un pequeño pasillo de expositor de ginebras con luces de colores para dar acceso a una barra de bar que hace de recepción y que además te dan un pequeño coctel de bienvenida. Servicio de buen nivel.

Habitación de tamaño ajustado (hotel moderno de ciudad) con casi inexistente mesa de trabajo y enorme cama con muchas almohadas que ocupa casi todo el espacio; decoración moderna en tonos verdes, buena televisión, cafetera de desayuno, armario completo tipo IKEA , minibar. En teoría es habitación con vistas pero en realidad es a la calle (no interior) con el consiguiente ruido si hay sirenas en los primeros pisos.

Baño remozado, quitando bañera y con todo su espacio (y un poco más de ancho) consigue una ducha amplia con buena grifería y amenities básicas.

El desayuno, por el Covid, es individualizado y con amplia variedad de opciones todas con buena calidad.