Parada de peregrinos.
En el corazón vitivinícola del Bierzo, en Villafranca, nos alojamos en este hostal rural.
No teníamos ninguna referencia, pero como reservamos "sobre la marcha" y el que queríamos ir estaba lleno...
Este está al lado del río que le da nombre (Burbia), cerca del centro -se trata de un pueblo de 3.000 habitantes- pero un poco a desmano. Hablan de "zona de recreo fluvial"... eso es mucho decir.
Desde el otro lado del río la imagen es aparente, pero se accede por una callejuela descuidada y con solares vacíos sin ningún encanto, más bien todo lo contrario.
El hotel está concebido para dar refugio a los numerosos peregrinos que pasan por allí ya que el camino de Santiago prácticamente transcurre por la puerta del mismo.
Un edifico de 4 alturas, con 15 habitaciones calculo. Si tienes la suerte de que te dé al río, "tira que te va" si no... Pues bueno, arregladito, con ciertas comodidades pero sin ningún interés.
El desayuno, básico.