Me decidí por este hotel, dentro de los de 4 estrellas por la ubicación, la valoración en el buscador (creo que 8.2) y por el precio, pero no tenía ninguna referencia sobre el mismo.

Situado en la Plaza de Chapina, al inicio de Triana, junto al rio Guadalquivir y a uno de los puentes que le atraviesan. Por tanto bien situado, tanto para acceder a él en coche desde la autovía, como para luego ir a patear Sevilla, en su zona mas típica, pues creo recordar que la catedral esta a 1.800 metros, que no es distancia a pie ni mucho dinero en taxi. Justo delante de su puerta tiene parada el famoso autobús lanzadera de visita turística de la ciudad.

Moderno, funcional, las habitaciones con buen tamaño, bien insonorizadas, con un baño del que no notas faltase de lo habitual.
Tiene un restaurante, del que hice uso, con una cocina sin alardes, pero bien hecha, con buen servicio y con vistas al Guadalquivir a 50 metros. No hice uso del desayuno, por una parte por los famosos precios que ya hemos comentado muchas veces, que no consigo disfrute (en este caso creo que eran 11 euros, por tanto no muy caro) y porque en Sevilla, con su temperatura en esta época, en su puerta te siéntas en una terraza magníficamente a desayunar, tal como hicimos.

Tiene una terraza en la 4º planta, con vistas a todo Sevilla clásico, que abre a las 5 de la tarde hasta bien pasada la noche, que tiene unos precios comedidos. Con esto se soluciona esa famosa situación de tomamos una copa en el hotel a la vuelta de la cena y que generalmente no esta abierto el bar del mismo.

Si os alojáis y es un fin de semana, preguntar si hay boda, pues el sábado vi que había una y tengo dudas de la insonorización de las habitaciones de la primera planta del ala con vistas al rio.
Personal normal en recepción, y atento en el restaurante.

Buenos precios, he pagado 62.5 euros por habitación sin desayuno, pero con una cama supletoria de un niño de más de 3 años, que en algunos lugares te cobran mucho suplemento por esta supletoria.
Cuando vuelva por Sevilla y si me cae a mano, no dudaré.