En el mismo centro de Bilbao, en el barrio de Indautxu del que toma su nombre.
Un hotel "de los de toda la vida" de Bilbao, un clásico, reformado parcialmente hace no muchos años. Por tanto conviven elementos modernos con otros clásicos. Recordaba yo la moqueta azul de cuando venía a este hotel hace muchos años. Ahí sigue.
Tiene muchos tipos de habitaciones, a mi me dieron la que pedí, una individual.
Para este tipo de habitación, tenía cierta amplitud.
Buena cama, pero de tamaño individual.
Resto de servicios de la habitación acorde con las cuatro estrellas que ostenta.
Zonas comunes buenas, con un agradable desayuno buffet.
Tiene garaje, que cuando se llena es muy complicado de manoobrar, pero es muy de agradecer por su ubicación.
En definitiva, una buena opción. Y no debo ser el único que lo piensa, pues estaba lleno.
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