El gusto por lo absurdo.

El otro día estaba yo en el Bar Barbiana, en Sanlúcar de Barrameda, había ido temprano y conseguí un hueco en la barra que defendía bién con los codos; al poco tiempo se llenó hasta la bola. Observé como el camarero de la barra apenas se apartaba del grifo de la cerveza, por cada copa de Manzanilla pasada Barbiana tiraba casi tres vasos de cerveza. Había gente de pie en la calle esperando casi media hora a que quedase libre una mesa en el velador y cuando llegaba su turno pedían cerveza; venían al Bar Barbiana de Sanlúcar de Barrameda a beber cerveza Cruzcampo. No lo entiendo.

Cervecería Internacional de Sevilla, más de 250 cervezas diferentes de todo el mundo, llega el ";crítico gastronómico"; de turno y pide tintito con hielo, dá igual el que sea, y además es reincidente. No lo entiendo.

Los archiconocidos bares de Sevilla ";el Tremendo"; y ";J";, donde ponen la ";servesita"; más fría de la ciudad, los ves abarrotados de gente de pie, en la calle, a 40ºC de temperatura con el vaso en la mano, charlando, durante media hora, y la cerveza a los dos minutos es ya ";caldito de puchero";. No lo entiendo.