Color cereza con borde cardenalicio. Capa alta con espejo limpio y lagrima lenta, densa, ancha, elegante y limpia
nariz intensa , muy profunda y compleja. Frutas rojas, cafe, ahumados, maderas nobles, torrefactos , todo sdobre un fondo mineral
paso por boca pleno, potente, carnoso, sedoso, redondo, sin aristas, goloso. Perfecta acidez que le da una estructura fuera de lo comun. Taninos presentes , pero muy bien integrados . Predominio de sabor mineral con fondo de frutas rojas maduras.
Postgusto largo, potente, envolvente y sedoso de caracter frutal y mineral.
Muy buen vino.

Vino de color cubierto,denota todavia su juventud.La nariz un poco cerrada para abrirse durante la cena.Compleja.La boca es potente,buena estructura,largo.Me ha gustado.

Coupage: 70% Cabernet Sauvignon, 27% Carmenère, 3% Cabernet Franc
Elaboración: 17 meses de crianza en barrica nueva de roble francés
Graduación: 14,5º

Rojo picota de ribetes cardenalicios y capa alta.
En nariz aparece más fruta que en otras añadas. Claras notas de ciruelas, moras, cerezas y confitura de frutas del bosque. Y los registros de chocolate, tabaco de pipa, café, cedro, cedro y torrefactos característicos de este vino se encuentran también en esta añada. Además tiene un carácter más mineral. Nariz muy interesante y compleja, de media intensidad.
En boca es un vino pleno, carnoso, potente y muy redondo, con un gran equilibrio entre acidez y tanino. Muy largo en final, donde vuelven esos toques de chocolate, fruta negra y minerales.
Un gran vino, el mejor de la vertical de 5 añadas sin duda. Muy equilibrado y estructurado, pero de taninos refinados y final muy largo y gratificante. Sólo tengo ligeras dudas sobre su longevidad, pero ahora mismo se puede tomar perfectamente. Excelente vino.

Muestra un bonito color rojo picota de capa media-alta. La crianza de este curioso coupage ofrece unos matices aromáticos muy especiados (pimienta, clavo), torrefactos, de tabaco, cedro y chocolate. También son perceptibles notas minerales de grafito y mina de lápiz que se recordarán en el retrogusto. Las notas en nariz de fruta negra (ciruela y grosellas) anticipan una entrada en boca golosa con unos taninos muy maduros, si bien con una frescura evidente que da paso a unas notas especiadas (vainilla) y de maderas nobles. El final es notable, largo y muy armonioso. Tal vez entre los dos o tres mejore vinos chilenos que he probado hasta ahora.

Botella de 37.5 ml. No me cabe duda que este vino es de lo mejor que Chile tiene que ofrecer al mundo. Quiero pensar que estas mini-botellas son como una máquina del tiempo para asomarse y ver cómo estará el vino en unos añitos.
Sigue siendo un torbellino de elegancia y balance en nariz. Cedro, delicados tostados, lápiz, mentolados ricos atrás, la fruta negra especiada, concentrada, de cereza negra en confitura, toques de pastelería y un exótico recuerdo a hierba recién cortada. Paladar enorme, de cassis, blueberry, roble de muy buen ensamble, ecos de chocolate amargo, con un retronasal poderoso, lleno de grosellas y grafito. Lo más logrado del vino es la textura, es realmente cremosa, densa y no pesada, avanza con la precisión de un láser por el paladar medio, y si no fuera por su densa carga tánica sería mágica. De guarda. Este vino no es (todavía) para Las Bodas de Fígaro de Mozart, como pretende explícitamente la bodega. Es para su Sinfonía 39; y dentro de poco, para la 41.

Un vino lujoso, donde el virtuosismo de Mouton-Rothschild confiere a la fruta de Concha y Toro el estilo de un Pauillac: claras notas de virutas de lápiz, grafito y cedro, que sobresalen todavía sobre zarzamoras, ciruelas, vainilla muy bien armonizada, hojarasca, ligeros y exquisitos tonos de cuero atrás. De gran intensidad en su recorrido, enorme volumen y taninos de un tejido de alfombra persa, con almendras con chocolate, arándanos, frambuesa, todo ensamblado por una crianza que calidad tipo premier cru classe. Maravilloso, de esos para estar con uno mismo y ese libro que nos resistimos a abrir.