Rojo rubí, ribetes ligeramente atejados, capa media.
Tras una prudente decantación, el vino se muestra intenso, profundo, complejo, limpio y franco en nariz. Ligeros recuerdos florales, una fruta roja exuberante y un marcado fondo especiado de pimienta negra y nuez moscada destacan sobremanera. Toques minerales, tierra mojada, ligeros anisados, hinojo y unos recuerdos balsámicos completan un enfático amalgama de registros nasales. Espectacular.
En boca destaca por su finura y profundidad. Es equilibrado, elegante, serio y complejo. Paso firme, maravillosa acidez, explosivo en paladar y largo en posgusto donde deja recuerdos especiados y frutales. Buena persistencia. Taninos muy sedosos y bastante integrados pese a su juventud. Para tomar ahora mismo o esperar muchos años, será un vino de largo recorrido.
Un Vosne con todas las de la ley, profundo, fino, elegante. Quizá el único vino “asequible” de este productor, autor entre otros del inalcanzable “La Romanee”. Una vez más, Andrés Conde al quite, con un vino memorable y a todas luces recomendable. Para disfrutar.