Vuelto a tomar de nuevo me reafirmo en la excelencia del elaborador Bründlmayer dentro del panorama del riesling austriaco. Potencia y elegancia se combinan en este gran vino de color amarillo dorado no demasiado intenso. Nariz mineral, con aromas metálicos y de hidrocarburos, fruta fresca blanca y ligeros florales. En boca es como una traca, potente y estruendoso, con un equilibrio muy bueno entre todos sus componentes, largo. Muy bueno.

Amarillo dorado intenso y brillante con algún destello yodado.
Vino intenso, franco y directo en nariz que necesita aireación o decantación. Ligeras notas iniciales de hidrocarburos que van desapareciendo y tornando en toques florales ligeros, presencia de manzana asada, toques minerales y especiados. Ligeras notas de fruta blanca de hueso. Fragante y complejo.
En boca es una verdadera bomba de acidez, potencia y persistencia. Un vino impresionante, con un ataque potente, una asombrosa acidez y un final largo, de carácter amargoso. Se abre en el paladar y lo llena con una fuerza y estructura desconocidas en un blanco seco. Una maravilla.
Este vino es la quintaesencia del riesling seco. Inolvidable por su espectacular fuerza y estructura combinadas por la finura y fragancia de la gran dama blanca. Un comodín en la mesa que puede combinarse con cualquier alimento. Uno de los más grandes blancos secos que he probado, a un precio casi de risa para su tremenda calidad (unos 30 euros). Para no dejar escapar.

Bonito color amarillo dorado ligeramente palido. Nariz de gran intensidad, al principio bastante mineral, especiada, caramelos intensos, hidrocarburos y a las dos horas aparecen aromas mas florales, cascara de limon, ligeros mentolados. En boca es un vino con gran estructura, equilibrado, con una magnifica acidez. Ligeramente graso. Muy largo y persistente. Me ha parecido, una vez mas, un vinazo.