¡Qué boca tienes, niña!

Dorada tostada, turbia y con la espuma densa, se pega a la copa.
Su color es su máximo indicador, porque todo lo demás así lo confirma.

Aroma de cereal tostado, fruta blanca ennegrecida, madura, golpeada... ceniza.

El trago es tremendamente cremoso, y es un placer notar como se deshace en la boca, el sabor es tostado y con la amargosidad final de las artesanales, otra vez ceniza.

En copa, sola... bueno, contigo.

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