Muy sabrosa, de las que me gustan de verdad.
14 meses después volvemos a colgar otra cata de esta maravilla de cerveza. La dejamos una media hora abierta hasta que la catamos a 13°C:
VISUAL: De tonalidad café, muy oscura, con la espuma color crema, burbuja grande y de alta persistencia. No deja de impresionarnos su color.
OLFATIVA: En nariz muestra un buen abanico de aromas, apuntes de cereal tostado y levaduras así como recuerdos a café torrefacto y chocolate negro con pasas. Más tarde apreciamos notas de panadería, como a pan de centeno y también toques de crema pastelera. Al final aparece de nuevo ese olor característico de las castañas asadas al carbón que me transporta a fechas navideñas, una delicia. De una complejidad alta, como siempre. Esta vez un poco menos intensa que en anteriores ocasiones.
GUSTATIVA: En boca tiene una entrada poderosa, amplia y muy láctea, con un toque amargo que se transforma rápidamente en dulzón, muy goloso. En retronasal devuelve notas cítricas de piel de naranja y otras un tanto amargas como de algarroba. Por enésima vez nos deja ese regusto final de caramelo tofee y cafetoso acompañado de ricas notas especiadas de canela. En su retrogusto se muestra licorosa, con recuerdos de Amaretto. El carbónico poco perceptible, no así el grado alcohólico que sí es notable. Cuidado, con su 11.3% de alcohol, tiene su peligro. De persistencia alta, deliciosamente larga, unos 3 minutos. Una cerveza con mucho cuerpo, muy sabrosa, de las que me gustan de verdad. Le bajo un poco la nota pues en nariz me ha parecido algo menos intensa que otras botellas anteriores, aunque probablemente fuese yo quien no estaba fino.
La RCP sigue siendo extraordinaria y repito, la mejor cerveza que he probado por debajo de los 3 euros.
La catamos solita, y la disfrutamos a cada sorbo, como debe ser. Qué gozada amigos!!