Por fin vamos a probar este Viña Real GVA del 73. Comprada en 2017, cinco años después nos decidimos a abrirla. Lo conseguimos con el abridor de tijeras estándar y salió entero, tintado al 100% de su longitud. Con ese 20% de garnacha que creo es la responsable de alargar la longevidad del tempranillo, aparte de adicionarle cierto carácter. La dejamos respirar por espacio de tres horas antes de proceder con su valoración a 17°C.

VISUAL: El color es increíble, rojo negruzco, yendo al café, de capa muy alta. Ribete estrecho en tonalidades atejadas y ausente de lágrima. Impresionante aspecto, parece mentira que tenga 49 años (99).

OLFATIVA: En primer término aparece la madera, con intensidad, tostados de gran calidad, elegantes, con matices ahumados y entremezclados con frescos balsámicos. Agitamos y nos vienen unos particulares aromas como de caucho quemado, aroma que creo recordar percibimos en un Viña Dorana del 70, de la misma época, curioso. Ahora se percibe algo de fruta pasificada, uvas pasas y pan de higo, complementados por aportes más viejunos, a polvorilla, armario cerrado, desván, musgo y tierra húmeda, con recuerdos fúngicos de boletus y un punto cafetoso y achocolatado, junto con notas de tabaco habano, intensas. Alucinante nariz, madera muy presente, con un puntito de duelas envinadas, en donde las barricas parecen de tostado intenso, aportando un toque incluso a brasas de sarmiento. Por último asoman especiados de fenogreco, clavo y vainilla... buuuuffff... para estar horas y horas descubriendo descriptores... De intensidad media-alta y con una complejidad descomunal, aunque con predominio de la barrica (96).

GUSTATIVA: El pelotazo que percibimos en boca, esa alta acidez y su brutal licorosidad nos deja perplejos pues en el paso por boca es todo lo contrario, se torna amable en grado sumo, incluso con los taninos desapercibidos, como si nos bebiéramos un zumito de uva. Es la primera vez que no percibo apenas la astringencia de un vino, alucinante su tacto sedoso. Percibimos guindas en licor claras y una cierta carnosidad, pero sigo atónito con esa casi ausencia de astringencia, alucinante. En retronasal nos vienen aromas de roble, de ebanistería fina y un puntito ahumado, mientras que en el post-gusto se intuye algo más la fruta, mostrando notas de uva pasa y orejones, con aportes de frutos secos y mazapán, muy dulzones. Increíble, menuda botella amigos, es tan elegante, sin aristas, con ese paso por boca tan agradable que nos deja flipando la verdad, algo mágico. Persiste unos dos minutos en boca, con ese tacto aterciopelado tan maravilloso, licoroso y con la madera clara protagonista. En estado mesetario sin duda, para aguantar otros 20 años sin despeinarse. De los mejorcitos viejunos disfrutados, ¡¡espectacular!! (98).

La RCP me parece excelente. Nos costó 37 euros la botella en subasta... visto lo visto... un chollazo!.

MARIDAJE: Lo abrimos con una pechuga de pollo a la naranja. Otro día acompañó un rack de ternera al horno en salsa barbacoa, y nos lo terminamos con unos espectaculares garbanzos con costilla, chorizo, morcilla, albóndigas, aguacate y "patacón pisao". Nos quedamos con el maridaje con las costillitas de ternera, sabores cárnicos y ahumados en absoluta armonía con los apuntes tostaditos de nuestro increíble vinazo. Brutal!!

VIDEOCATA:  https://youtu.be/QLTpoi1gHP4

Salud.-os!!

Fascinante y soberbio, el vino más destacado. El vino más mediterráneo de cuantos presentados. La complejidad y el tiempo tienen un nombre Viña Real Gran Reserva 1973, un derroche aromático de encurtidos, cedro, ahumados, especiados se aunan para darle sentido a la palabra boutquet, maduro, noble, brillante su espejo de aromas en boca, su principal virtud la frescura, acidez domada pero con ritmo. Un vino que además se mostrará el más entero al transcurrir un hora de su servicio en copa.

Lugar: Restaurante Rincón Asturiano (Arroyo de la Miel)
Distribuidora: Exclusivas Soto (Representada por Antonio Soto)
Directora de cata: María Larrea (Directora Técnica de Bodegas CVNE)
Asistentes: Asociación de Sumilleres de Málaga
Artículo y Fotografías: akataVino wineXTreme ® www.akatavino.com

Con un color algo mas caido, tonos tirando a pardos, pero brillante y sin dar muestras de estar muerto.
En nariz al principio daba notas de madera algo mas marcadas que en el resto de vinos, pero fue un vino que evolucionó bastante bien en la copa, dando fruta roja madura, algo de canela, notas suavemente ahumadas, espárragos (pero sin molestar esta vez) y buena terrosidad, bosque húmedo y algo de hongos.
En boca tiene una buena amplitud, acidez bien marcada y un tanino terroso muy pulido, tiene un final muy largo que deja recuerdos de frutos secos. Incluso al rato deja algun recuerdo balsámico. Muy bueno.

Para mi supone un salto importante. A pesar de su ligera capa de color el vino presenta otra paleta olfativa distinta, con más toques de hongos, humedad, tierra, e incluso un aroma algo extraño que a mi me recordaba al agua de las latas de espárragos. Pero se aprecia más gama, más matices. En boca la entrada es aterciopelada, más elegante en su desarrollo que los vinos anteriores, con buena acidez y excelente profundidad. Este vino para mi supuso subir un peldaño antes de llegar a la excelencia del siguiente.