Lo dicho, está en un gran momento, no sé qué tal evolucionará en el futuro, me guardo una botella para el próximo fin de semana y otra para dentro de unos meses, pero ya le he sacado el provecho que quería. Después del próximo verano seguro que las botellas que tengo del 2007 estarán en este mismo estado, por lo que sé que no me arrepentiré de la guarda.

Siguen muy presentes las notas de ahumados producto de su paso por la barrica, notas de bollería, deliciosas, buena acidez en boca, persistente…. Toda una joya.

Muy recomendable….

Qué buena evolución ha llevado este vino, las notas de barrica que destacaban en anteriores catas se han suavizado, han aparecido notas de bollería fina, ahumados, la acidez se ha suavizado, un gran vino sin duda alguna.

Me quedan tres botellitas todavía, alguna caerá estas navidades, está en un momento increíble……

Vuelvo a probar este albariño realmente diferente, sobre todo por su paso por madera que realmente le sienta francamente bien. Es un vino elegante, cremoso y realmente muy atractivo y rico. Color amarillo dorado y brillante. En nariz me han destacado más los aromas a cítricos y a flores. En boca, cómo entra en boca, con una fragancia y cremosidad extraordinaria. Se me han acabado, no he podido esperar, pero quedará en el recuerdo como uno de los mejores blancos españoles que he probado.

La historia empezaba con el vino fresco de temperatura. Un color dorado intenso, algo en demasía pese a ser tan joven. Decía el de al lado que madera, que tostados, y poco más. Se calentaba la copa. Seguía igual. Eugenoles, octolactonas, furanometanotiol y demás. Vamos, que la uva había desaparecido aunque dijeran "albariño de libro". Diferente, eso sí. Es el primero que me encuentro tan cargado de esas cosas por lo que diferente sí que es. Comprendo lo tranquilo que pueden encontrarse los Reverdy, Cotat, Dury y demás. Hasta Mendez. Bravo.

Nariz de mediana intensidad, elegante fruta blanca madura, fruta fresca, tropical, flores blancas, algo de miel, y finas notas ahumadas y avainilladas de la crianza. En boca tiene una entrada amable, de cuerpo mediano, buena carga frutal, tiene buena acidez que lo hace fresco en boca, mineral, y la madera se encuentra perfectamente ensamblada. Aún mejorará en botella.

Abierta otra botella en la monumental degustación, bueno lo cierto es que fueron dos botellas de este vino. Lo cierto es que no ha sufrido mucha variación desde la última vez que lo probé. Sigo opinando que junto con el Leirana 2007, Tricó 2007 y lo que promete el Cepas Vellas 2007 de Do Ferreiro, creo que son de los mejores albariños que se hacen en la actualidad.

Sigue impactándome mucho que pese al paso por la madera, está acompaña muy bien al vino, todo lo que hasta ahora decían que la uva albariño estaba reñida con la madera.

Todavía hay que darle más tiempo y ver como evoluciona, aunque no sé si me durará mucho más.

Un albariño diferente a los pocos que había probado. Es cremoso, muy elegante y con mucha persoanlidad. Color amarillo con ribetes dorados. En nariz aromas flores acacia y cítricos. En boca entra de una forma muy agradable, con cuerpo, cremoso y con fragancia. Es un vino para recordar. La mano de Raul Perez está presente. Uno de los mejores blancos que he probado.

Albariño diferente hasta lo que había probado hasta ahora. Aunque no soy demasiado enamorado de los vinos blancos, reconozco que este vino me ha sorprendido. Algunos de los que habéis leído algo de lo poco que he escrito, ya sabéis que soy un enamorado de la forma de trabajar de Raúl Pérez…. Lo siento por los que ello les suponga un problema, pero creo que el negocio del vino ya está demasiado masificado y “señores artesanos” como él nos recuerdan que ya nuestros abuelos hacían vino y lo hacían a la vieja usanza.

En este caso, me encuentro con un vino color amarillo, leve dorado, en boca completo, se notan los 12 meses de barrica. Posgusto muy correcto y mineral.

Aconsejo probar este vino, yo guardaré unas botellitas y las iré probando a lo largo del tiempo, espero que con el tiempo, este vino me siga dando estas maravillosas sensaciones.

De color amarillo intenso con algún leve destello verdoso.
Tiene una nariz no muy intensa, bastante fresca, donde la madera se nota pero no domina, entre notas de fruta blanca madura, flores, algo de miel y alguna nota vegetal y ahumada.
Sin embargo en boca si que se nota la barrica, dominando sensaciones mantequillosas y ahumadas no tiene mala acidez y el final es correcto. Bueno, por unos 10€ no esta mal, ni me ha parecido el peor vino de estos que se hacen hoy en día con madera, pero no es mi estilo, podría ser albariño o verdejo o sauvignon blanc.

Una bodega "Forja del salnes" que aún no conocía, al menos sus creaciones, y que tan gratamente me ha sorprendido.

Leirana representa el corte adulto de esta variedad, un vino hecho, entero, estructurado, con un fino y elegante abanico aromático donde se entremezclan las sensaciones vegetales con la fruta madura y melosa. De fondo aparece la variedad y su terruño, notas minerales, bien realzadas por su crianza. El gusto -diría yo, es mio- nos sorprende aún más, por su equilibrio, carente del nerviosismo de la adolescencia. Muy elegante, buena acidez que aporta frescura y un paso terso y graso, para culminar con un buen final y un postgusto donde realmente se asoma su crianza.