Estamos ante un albariño que nos encantó en su añada 2014 y volvemos con este 2019. Viñedos de 180 años y con la mano del gran Raúl Pérez. Abrimos la botella y durante la siguiente hora la vamos metiendo y sacando de la nevera hasta que alcanzó los 12°C para su valoración. Tapón largo, compacto y humedecido en su base solamente.

VISUAL: Amarillo dorado con reflejos verdosos y acerados. Limpio y brillante, con una lágrima lenta, esbelta y escasa (89).

OLFATIVA: En primer término es muy frutal, aparece la ciruela amarilla, la piña y el plátano. Agitamos y asoman herbáceos de hierbabuena, cítricos de ralladura de limón y mandarina, fragancias florales de jazmín, recuerdos de almendra cruda y un ligero puntito mineral, salino. También hay notas lácteas de mantequilla, aromas avainillados y sutiles matices de ebanistería fina. De intensidad media-alta (91).

GUSTATIVA: Tiene una entrada sorprendente, un pelotazo de frescura, licoroso y vivo en boca, muy enérgico. Paso por boca de lo más sutil, pura seda, cremoso y amable pese a su alta acidez. Apreciamos notas de ralladura de limón, de tamarindo y de membrillo amarillo, mientras que en retronasal hay un puntito floral y de nuevo ciertos recuerdos cítricos, en este caso a mandarina. Post-gusto magnífico, carnosito, untuoso al tacto, con apuntes de manzana verde, de piña y con el fondo de mantequilla y crema inglesa fruto de su crianza. Cómo se disfruta amigos, una joyita, persistiendo algo más de tres minutos en boca, con sensaciones minerales, salinas y calizas, un perfil atlántico y marino que le aporta gran frescura y personalidad. Una pasada de albariño (95).

La RCP pese a costarnos 27 euros, me parece muy buena, creo que los vale.

MARIDAJE: Lo abrimos con unos lomos de albacora al eneldo en salsa de frutos del bosque. Otro día acompañó un espectacular pez espada al tomillo en salsa de guanábana. Nos lo terminamos con un suquet de chipirones y almejitas. Delicioso albariño, maridando espectacularmente cada plato, pero lo destacamos con el suquet. Genial armonía de sabores salinos, especiados y frutales, un espectáculo para los sentidos.

VIDEOCATA:  https://youtu.be/c6ziy0v9PbY

Color amarillo pajizo pálido con reflejos levemente verdosos, brillante. 

Nariz de buena intensidad, cítricos iniciales, fondo de fruta de hueso y tiza, notas florales. 

En boca es fresco, sabroso, cuerpo medio, fruta de hueso con toques cítricos, carácter floral con notas minerales dejando un final de toque salino de buena persistencia.

Dorado verdoso, limpio y brillante.

Lima, níspero, piel de melocotón, uva blanca, fósforo, una cierta cremosidad, algo de yodo... Tres días lleva la botella abierta y en esta fase se ha mantenido absolutamente estable. 

En boca nos encontramos con un vino amable y redondo; espero que nadie se tome a mal este comentario: no hay aristas, la madera (que se nota) y el alcohol están perfectamente integrados, la acidez es notable y todo fluye. El paso es frutal e invita a seguir bebiendo. Ancho y largo a partes iguales, textura aterciopelada. 

Final perfumado.

Un albariño varietal y muy bien hecho.