Picota con ribetes amoratados, capa alta.
Bien de intensidad en nariz aunque se nota un poco más de lo deseable el alcohol, son vinos de unos 17º reales. Notas de frutas maduras, mermelada de grosellas, punto de fruta negra como ciruelas, tintes minerales de grafito, un fondo balsámico, herbáceo, de monte bajo, trazas especiadas, bastante complejo.
En boca muestra su poder y el paso es glicérico y concentrado, pero afortunadamente la acidez es viva y equilibra un conjunto que siempre oscila hacia la parte de la fruta opulenta, dejando en el final alguna sensación especiada y herbácea con un tanino algo rugoso aunque noble. Un vino de cata.
Una añada especialmente poderosa en este vino que muestra su más clara característica ya que es un vino de cata mucho más que de comida, donde su concentración hace complicado beber en tragos más largos, en cualquier caso es un fiel exponente de su zona y variedades. Para amigos de la potencia.

Curioso que hasta ahora no se habia introducido esta añada de El Nido en Verema, y contrasta o remarca el hecho de que a juicio de la mayoría de los presentes fue la peor de todas, siempre y cuando entendamos que estamos hablando de que todas incluso esta eran magnificas y de que el nivel era alto. Se mostró plano, cerrado, con una cabernet excesivamente picante y marcada y quizás con muestras de ir para abajo mucho más rapido que los demás