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Vino El Reventón, la reivindicación de la garnacha abulense

El Reventón

Crónica de la charla coloquio de Daniel g. Jiménez-Landi en la inauguración de la XI Fiesta de la Vendimia de Cebreros (Ávila).

El vino El Reventón consigue 97 puntos Parker
 

¿El Reventón? ¿97 puntos? ¿Qué tipo de vino es? ¿Quién lo hace? ¿De dónde es? ¿Un vino abulense? Todo el mundo se hacía estas preguntas el pasado mes de abril cuando el gurú useño Robert Parker hacía pública su nueva lista de los vinos mejor valorados en su prestigiosa publicación “The Wine Advocate”.

Robert Parker Jr. es considerado el crítico vinícola más influyente del mundo, el cuál te encumbra o te hunde solamente por unos tristes números. El caso es que desde que allá por el año 2007 puntuara por primera vez con 100 puntos Parker, es decir, la perfección, a cinco vinos españoles, poniendo a España en la picota del mundo vinícola, todos los aficionados al vino, críticos, bodegueros, distribuidores, están pendientes de la “maldita” o “bendita” lista. Por lo tanto todos esperábamos las nuevas puntuaciones de la lista de abril de 2010, la más importante en cuanto a vinos españoles catados, donde aparecieron en los primeros puestos los de siempre, Pingus, Vega Sicilia, Clos Erasmus. Pero va y se cuela entre los diez primeros con 97 puntos Parker un vino desconocido, El Reventón 2008, un vino con puntuación superior a Termanthia o L’Ermita, vinos de calidad más que contrastada y con buenísimas puntuaciones en otras ocasiones, incluso Termanthia fue unos de los 100 puntos Parker en el 2007.

El Reventón ¿dónde, cuándo y por qué?


El Reventón es un vino de garnachas viejas de suelo pizarroso de la localidad abulense de Cebreros. ¿Cebreros? ¿Garnacha? ¿Cómo es posible? Pues es posible porque según su autor, el enólogo Daniel Gómez Jiménez-Landi, esas viejas garnachas de Cebreros son de una calidad extraordinaria y así se lo quiso contar a todos los que asistimos a oírle a la charla-coloquio con cata incluida que abría las actividades programadas en la XI Fiesta de la Vendimia de Cebreros, el pasado viernes 10 de septiembre de 2010.

Cebreros, como núcleo principal de la comarca Alberche-Pinares, al sur-oeste de la provincia de Ávila, siempre ha presumido de sus vinos, tanto tintos como blancos, vivió su época dorada en los años 50 y 60 del siglo pasado cuando sus graneles abastecían a las tabernas y bares del cercano Madrid. Cebreros siempre ha trabajado y ha luchado mucho por conseguir una mención de calidad para sus vinos y así potenciar la zona, cosa que por desgracia no se consiguió, comenzando así una mala situación para sus vinos, lo que hizo que poco a poco se perdiera mercado y se arrancaran viñas.

Pero desde finales de los años 90 del siglo pasado unos cuantos enólogos han puesto los ojos en las viñas y las uvas de Cebreros. El primero de todos fue Telmo Rodríguez que elabora un vino llamado vino Pegaso y que aprovechando el tirón mediático de su socio, el piloto de rallyes Carlos Sainz, puso a la garnacha cebrereña y a Cebreros de nuevo en el mapa vinícola español. Luego vinieron otros como Daniel V. Ramos y sus vinos Zerberos y desde hace dos años Daniel G. Jiménez-Landi.

El enólogo: Daniel G. Jiménez-Landi


Daniel G. Jiménez-Landi es un joven enólogo con bodega propia en la cercana localidad de Méntrida (Toledo). Allí trabaja también con cepas viejas de garnacha, su gran pasión, incluso un vino suyo de garnacha de Méntrida, Cantos del Diablo, consiguió en la misma lista 96 puntos Parker.

El caso es que Daniel apareció por Cebreros y se quedó, encantado con sus viñas y suelos, con la forma de trabajar las mismas y por el potencial que había en la zona. Se hizo rodear de gente joven y con ganas como el cebrereño Rubén Díaz y se lanzó a la aventura de elaborar vino.

Y así comenzó Daniel a hablarnos de lo que hay en Cebreros. Ensalzó el potencial de la comarca, la variedad garnacha, para él la más noble y autóctona uva española y mediterránea, las cepas viejas, algunas incluso centenarias, el terruño característico en el que destaca las laderas pizarrosas, todo un cúmulo de factores para poder hacer un fantástico vino.

Dio las pautas a seguir para que la zona salga hacia adelante. Animó a los viticultores presentes a tener miras más lejanas, a salir del cooperativismo que según él no demuestra el potencial del vino de Cebreros y no tiene ya salida en el mercado español. El futuro está en pequeñas bodegas que elaboren y embotellen vino de calidad. Esto originaría que las viñas a nivel económico sean rentables y por ende conservadas.

Lamentó el arranque masivo de viñas que se ha producido en la zona en los últimos 10-15 años, lo que calificó de una gran pérdida.
Comentó que hay que hacer vendimias racionales, buscando calidad no cantidad o grado alcohólico, que era lo que hacían hasta ahora muchos viticultores de la zona, cosechando en el momento óptimo y justo, ni antes ni después, y usando tecnología a la hora de elaborar. Así, según su criterio la zona necesita interés, gente joven, formación, humildad y trabajo.

Reivindicó el trabajo biodinámico en el campo, la buena viña se logra arando y cavando, nada de productos químicos en la viña, hay que trabajar como lo hacían los abuelos, nada hay nuevo, todo está inventado.

A la hora de hacer un buen vino hay que tener en cuenta tres factores, qué día vendimio, cuánto macero y cómo hago la crianza. Quiso aclarar que la garnacha sí admite crianza pese a la fama de oxidativa de la variedad, lo que pasa es que hay que trabajarla bien y tener más cuidado con ella. Así sus vinos tienen una crianza en barrica de roble francés de siempre más de 12 meses, eso sí, en barricas de 500 litros.

¿Qué busca el enólogo Daniel G. Jiménez-Landi en sus vinos?


¿Qué busca Daniel en sus vinos? Sobre todo expresar la variedad de la uva y del terruño. De nada sirve hacer vinos que son tan iguales unos a otros que no sabemos de dónde son y de qué variedad están realizados. Está en contra de esa homogeneidad que ahora impera en el mundo del vino, con vinos muy concentrados en color, y muy maderizados. Daniel busca que el vino nos cuente de dónde procede y de qué variedad es. En contra de los vinos muy alcoholizados, con pocos matices florales y toscos que hasta ahora se caracterizaban en la zona, Daniel propone vinos florales, frutales, varietales, minerales, sedosos, y en esto pone su empeño y trabajo.

En definitiva Daniel alabó la materia prima existente, y expresó su deseo de que todo el mundo conozca Cebreros y lo que allí se hace. Animó a lanzarse al charco puesto que el potencial es mucho y a que poco a poco se hagan las cosas bien.

Para finalizar catamos dos de sus vinos, dos garnachas totalmente distintas, Piélago 2008 de la D.O. Méntrida y El Reventón 2008, el vino que ha puesto en el mapa vinícola mundial a Cebreros y a su comarca.

Piélago 2008.

D.O. Méntrida
100 % Garnacha de suelo de granito
Viñas de entre 40 – 60 años
14,5 %
14 meses en barrica de roble francés de 500 litros


Color cereza de capa media, borde granate, lágrima fina y densa.
Intensidad aromática media-alta, fruta roja, balsámico, eucalipto, especiado. Evolutivo.
Paso de boca fresco, sabroso, equilibrado, taninos nada agresivos, recuerdo medio.


El reventón 2008


Vino de la Tierra de Castilla y León
100 % garnacha de suelo de pizarra.
Viñas de más de 70 años
14,5 %
15 meses de barrica de roble francés de 500 litros

Color granate, capa media-alta, ribete cardenalicio, lágrima densa, limpio y brillante.
Intensidad aromática media-alta, fruta roja madura, tostados de madera muy bien integrados, especias dulces (clavo), monte bajo, mineral. Nariz muy gustosa y correcta.
Paso de boca fresco, sabroso, punta de acidez, algo desequilibrado, se le nota que le hace falta reposo en botella, tiene que afinarse aún (yo le daría un año de descanso). Recuerdo medio-largo y retronasal floral.

  1. #21

    Cachina

    en respuesta a Pablo Iñigo
    Ver mensaje de Pablo Iñigo

    De Bernabeleva he probado el Navaherreros de tintos, el más común, los otros no los he visto aún en tienda, me imagino que tendrán también poca producción. También he probado el blanco Cantocuerdas, es que la albillo también es una uva especial para mi, me gustó, pero fue una prueba fugaz, rápida, sin poder poner la atención que se merecía.
    Otros buen elaborador de la zona es Daniel V. Ramos y sus vinos Zerberos. Si tienes ocasión pruébalos. Hace poco catamos un blanco también de albillo y aportación de sauvignon blanc. En tintos tiene dos gamas, una sobre suelos pizarrosos y otra sobre suelos de granito. El próximo sábado catamos uno de pizarra, ya te contaré.
    Saludos.

  2. #22

    labajos

    La verdad es que esa zona de Ávila junto con algunas zonas próximas como San Martín de valdeiglesias son un tesoro por descubrir, con cepas centenarias y suelos muy aptos para conseguir extraer el máximo potencial a la, hasta hace poco denostada, Garnacha. Este vino no le probado, pero doy fe del buen hacer de la zona tras haber probado el Pegaso y los de la Bodega Bernabeleva.

  3. #23

    Cachina

    en respuesta a labajos
    Ver mensaje de labajos

    Tienes toda la razón a mi modo de ver. Te aconsejo que si los encuentras pruebes los vinos Zerberos, están al mivel de los comentados y también son de Cebreros.

  4. #24

    labajos

    en respuesta a Cachina
    Ver mensaje de Cachina

    Muchas gracias, ya he probado el Zerberos Arena y el Pizarra, al igual que los comentados más arriba son Garnachas bastante originales, de gran frescura y mineralidad con un cierto toque Borgoñón.


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