Entrevista2

Pepe Rodríguez Rey y Masterchef

Como os comentamos en la primera entrega, Pepe Rodríguez Rey, la gastronomía y El Bohío, la entrevista la dividimos en dos ya que la posibilidad de hablar con Pepe suscitó mucho interés entre todos nuestros foreros y recibimos un considerable número de preguntas. Así que aquí tenéis el resto de la entrevista, esta parte centrada en las preguntas que se le realizaron en relación a los programas del que es jurado, Masterchef y Masterchef Junior.

Pepe Rodríguez

Pepe Rodríguez y Masterchef

Pepe, ¿Siendo España un país de vinos, por qué lo habéis incluido en el programa de manera marginal, apenas algo relacionado con el Jerez y algo de vino añadido a un fondo de carne?
Creo que con la capacidad pedagógica y el impacto de vuestro programa se podría hacer algo mucho más interesante... Aunque igual les pedís un maridaje y alguno va y lo mezcla con Coca Cola, porque vaya selección a veces...
Gracias por fomentar la cultura gastronómica en España.

Bueno, no es un programa para hablar de vinos. Por desgracia tenemos un país en el que si yo salgo con una copa de vino y me la echo a la boca me lo cortan. Esto pasa en televisión española, y está así hecha la ley, no la hago yo. Entonces, por qué vas a tocar un tema que siempre te da problemas y tienes que andar cortando, pegando, quitando y tal. Hemos hablado del vino de Jerez y es verdad que podríamos hablar de tantas cosas... pues no, no ha tocado hablar mucho más del vino, pero porque también es un tema jorobado hablarlo en televisión. Porque estamos en un mundo demasiado… pudoroso, últimamente.

 

Buenos días Pepe y gracias por dedicarnos parte de tu tiempo libre que soy consciente debe ser muy escaso.
Ahora ya mi pregunta: ¿Cómo crees que la experiencia de programas televisión como en los que tú participas o Top Chef está afectando a la restauración en general? Te lo pregunto porque quizás se esté apartando al consumidor de las casas de comida de toda la vida que elaboran cocina tradicional de manera muy honesta.

No, no lo creo, ¿qué tiene que ver? Yo porque vea Masterchef o Top Chef, o cualquier otro programa de televisión, ¿ya no voy a ir a una casa de comidas? Eso es absurdo, yo creo que lo que hace un programa, te voy a hablar de mi con Masterchef, es poner en valor a los grandísimos cocineros de este país. Es verdad que a lo mejor podríamos sacar a las guisanderas, pero nosotros hacemos alusión a la comida del  ama de casa, casi a diario. Lo que pasa es que, hombre, cocinar unas patatas guisadas, visualmente en televisión tiene menos recorrido que traer a Quique Dacosta y que nos presente un menú. Me parece más interesante traer a Quique Dacosta. Y lo conocen millones de personas, saben quién es, que antes no lo conocía nadie, ahora lo conocen un poquito más, pues gracias también a la televisión. Tu vas a Pontevedra y le preguntas a un tío que va andando, ¿quién es Quique Dacosta? y no saben quién es. Digo Quique como te digo cualquier otro. A la gente le importa poco si un cocinero tiene una estrella, dos o tres. Pero a través de la televisión van conociendo y esto puede servir para que digan: ¡mira qué bueno! Pues un día tenemos que ir a ese sitio que vi a este chico, fíjate lo que hacía.¿Pero qué tiene que ver eso con las casas de comida?

Las casas de comida se están perdiendo, pero hace mucho y no tiene nada que ver con la televisión, separemos la televisión de las casas de comida. Hay una nueva manera de comer, una manera nueva manera de entender el ocio, una nueva manera de relacionarse y de comer y de alternar y esto es evidente. Entonces se pierden los sitios con clasicismo, con sabor y tal, se plantean de otra manera, aparece un gastrobar, bueno un gastrobar no deja de ser un mesón reciclado en el 2016, pero claro con aire y pose moderna. Porque no puedes montar el mesón que montó mi padre hace 25 o 40 años, es imposible, te daban callos, gambas al ajillo, montado de lomo, pincho moruno… eso se da ahora pero en una vajilla puesta, en un no sé qué y con otro concepto. Bueno es que cambia, la sociedad cambia y la manera de comer cambia. ¿Alguien no se ha enterado de esto?

 

¿Qué opinas de un programa como Pesadilla en la Cocina? ¿No crees que puede estar creando una opinión adversa sobre el nivel de restauración general?
Mira, es televisión, yo no puedo entrar a valorar un programa de televisión. Yo intento sacar lo positivo de cada programa, sin ser Pesadilla en la Cocina el que más me guste, pero algo positivo ha de tener, no? Y ver que gente de la hostelería no lo hace bien es un show, con otra pose, para otro perfil, para otro público, con otras enseñanzas. Descubre un lado feo de la gastronomía que existe, bueno ahí está, el que quiera que lo vea, el que no quiera que no lo vea. Esto es como si me preguntasen, ¿qué te parece que echen películas porno por el canal plus? Mire usted, no lo vea si usted no lo quiere ver, pero existe el porno, ¿no es así? Nadie critica esto y está en la sociedad, tú puedes ver el canal plus mañana y ver películas porno, ¿Y? No te gusta, no las veas. Y pasa igual con el resto de la televisión, no le gusta el programa, no lo ve usted. ¿Esto va a hacer que la sociedad sea peor porque haya películas porno? No, es un hecho, ahí está. Hay puticlubs, en la carretera de Madrid a Toledo ni te imaginas, como la de Valencia a Torrelodones, vamos, los mismas, ¿y? No nos echamos las manos a la cabeza ¿y nos las vamos a echar por que exista un programa como Pesadilla en la Cocina? Yo no, no soy tan puritano.

 

Gracias por venir a nuestro foro. Habéis conseguido implicar a los telespectadores en un programa de cocina y hacer más visibles (y populares) a los grandes chefs que sois. Felicidades.
Mi pregunta: ¿No te parece que, en general, los participantes van teniendo menos nivel de cocina (inicial y final) y tienes más que ver con personajes de guión televisivo? Igual se hace necesario para mantener audiencia, aunque creo que perdeis audiencia interesada para ganar audiencia de zapping. Saludos

Son tan buenos o tan malos como los de la primera edición. Lo que pasa es que ya no se acuerda de los que estuvieron en la primera edición. Porque es gente amateur, que a veces tiene más idea de cocina, a veces tiene menos, a veces tiene la justa, a veces solamente los captamos porque tienen una ilusión tremenda y parece que quieren vivir de esto. Y ocurren cosas delirantes en el programa, esto es televisión, estamos haciendo un programa de televisión, no es solamente de cocina, para eso está canal cocina y tienen un dos de share del 2%, o sea lo ven 120.000 personas en un pico de audiencia.

Para que te vean millones de personas tienes que hacer un programa de televisión. Ferrán Adrián, que es la mente más lúcida de este mundo, me acuerdo cuando estábamos en la primera edición, que ya nos estaban zumbando al principio y luego fíjate ha sido un fenómeno especial, decía Ferrán, que nos defendía: ¡Pepe, es que la gente quiere aprender cocina en la televisión! No, no, la cocina se aprende en las escuelas de hostelería, a la televisión viene a divertirse uno y a entretenerse, si luego encima aprendes cositas, extraordinario. La televisión es un entretenimiento puro y duro, si esto no lo tenemos claro estamos perdidos. Y luego, dentro del entretenimiento, puede ser mejor o peor, que te cause sensaciones más agradables, que saques alguna historia buena que incluso la puedas aplicar en tu vida.

Recibimos montones de cartas en Masterchef, de profesores de universidades, dándonos las gracias, diciendo que nos ponen como ejemplo. ¿Sabes la cantidad de gente que viene a  nuestro restaurante con niños, que eso no ha ocurrido nunca? Y el niño se come un menú degustación, porque dice que el niño es seguidor de Pepe Rodríguez. ¿Tú sabes la de gente a la que le hemos abierto los ojos a la gastronomía? ¡Ni te lo imaginas! No lo hubiéramos podido hacer de otra manera. Y tener a los niños puestos con un delantal y un gorro de cocina, ¡no ha ocurrido en la vida! ¿Esto es malo? ¿enseñar a los niños a valorar que sentarse en una mesa puede dignificar al ser humano? Pero si hay que hacerlo a través de un programa de  televisión donde el niño se ríe, se cae, llora, sufre, se viene arriba, lo pasa bien y puede ganar un concurso aprendiendo. A mi lo que me interesa de todo eso es que  el niño al final pruebe el pimiento, pruebe el rebozado, tenga un mínimo de visión de cultura gastronómica. Y que todos los niños, por ponerte un ejemplo extraordinario, que han pasado por Masterchef tienen algo extraordinario que ya lo quisiera yo para el resto de la sociedad. Y se alimentarán mejor que ninguno, seguro.

Masterchef junior, el Ministerio de Educación debería ponerlo como ejemplo porque hemos hecho más que ellos en los últimos 25 años. Le pese a quien le pese y le disguste a quien le disguste, pero lo digo alto y claro.

 

Pepe RodríguezHola Pepe, Cada día veo que la sala retoma la fuerza de antaño, cuando a quien se conocía era al camarero, al sumiller o al jefe de sala y el cocinero solo era el que sudaba dentro de la cocina, totalmente anónimo. De repente todo cambió y todos querían ser cocineros, porque ahora parecéis estrellas del rock. Pero de un tiempo a esta parte empiezo a ver un viraje, un pequeño giro de 180º que vuelve a poner al personal de sala en primera línea.  ¿Crees que volveremos a aquellos tiempos donde el prestigio de la sala se retoma y de nuevo volveremos a encontrarnos con los nuevos profesionales?. ¿Habrá un Mastermetre? ;-)
Gracias por tu tiempo

No lo sé, no sé si habrá un Mastermetre.  Vamos a ver, hay nivel en sala, claro que sí, no creo que haya menos ahora que hace 25 años, lo que pasa es que ha perdido protagonismo de la sala. Pero hay tantos buenos profesionales hoy en una sala, muchísimos, en muchísimos restaurantes, siempre hay un tío agradable, con ganas de atenderte, incluso a veces saben mucho de vino, pero sobretodo hay un comportamiento, ese gusto exquisito porque el cliente se vaya contento. Hay casi uno en cada restaurante de este país, habrá excepciones donde te maltraten, pero hay grandísimos profesionales de sala. Lo que pasa es que ya no elaboran en la sala, ni cortan, ni trinchan, porque ese protagonismo se ha perdido. La sociedad demanda otra cosa, ¿pero hay grandes profesionales de sala? Hombre, por favor, claro que los hay. Y no se han perdido, se están reciclando, se están retomando, van por otra vía. Es verdad que en una escuela de hostelería, por cada 50 cocineros aparecen 2 para sala, esto es cierto, entonces hay que tener cuidado con esas cosas. Pero por lo demás, claro que hay grandes profesionales. Creetelo.

 

En referencia a tu participación como jurado en Masterchef, cómo se gestiona la frustración o el abatimiento de los concursantes ante algunas valoraciones del jurado? Sobretodo en el programa Junior, creo que debe ser muy difícil gestionar las emociones de personitas tan pequeñas, que debe ser duro para ellos que de repente les digáis que se van, que no pueden seguir concursando, cómo gestionáis eso, más allá de las cámaras, cuando se corta la emisión?
Pues de una forma natural y normal, me imagino como lo ha de gestionar cualquier profesor que suspende a un niño, ¿no?

Es un programa, un concurso, unos ganan y otros pierden, con mucho cariño, con mucho gusto, con mucho amor, es verdad que con mucho tacto hacia los niños, yo intento dárselo. Pero alguien tiene que ganar y alguien tiene que abandonar ese concurso, porque hay otros que lo han hecho mejor. Bueno, hay una frustración pero se les pasa a los dos minutos en cuanto reciben todos los regalos, creetelo, pero bueno, el programa va de eso, no lo podemos evitar.

Cuando el niño suspende y va llorando a casa y cuando no le coge el profesor para jugar a fútbol porque piensa que juega bien pero hay otro que juega mejor, pues viene llorando a casa y se le tiene que consolar y ya está. Hay que aceptar la derrota, que no se gana siempre. Aquí se gana y se pierde, cuando ganas estate contento y cuando pierdas no te frustres, no pasa nada, mañana ganarás.

Queremos meter demasiado a los pequeños en una burbuja, es verdad que la televisión tiene una exposición para lo bueno y para lo malo, pero esa es la clave, no te apuntes. Solamente te podría decir eso. Y si te apuntas ya sabes lo que puede ocurrir. Esto es así de claro.

Ahora te diré, dicho todo eso, que la experiencia que se llevan no se les olvidará en toda la vida. Grabar un programa de televisión es de lo más bonito que he visto yo grabar. El de niños para mi es un caramelo, es la cosa más bonita que hago nunca. Y los niños que vuelven al programa, que nos visitan, esa amistad no la perderemos jamás en la vida. Y la piña que han hecho cada grupo, cada edición… que los ves juntos, que tienen su grupo de whatsapp, que quedan en verano, eso no lo van a perder en la vida, ya te lo digo yo.

Entonces me quedo con lo positivo, que uno no ganó, que el otro sí ganó, a ellos se les ha olvidado al minuto. Sufrimos más los mayores que los pequeños.

 

A la hora de deliberar, en los casos en los que los concursantes han tenido una evolución similar y el plato que estás evaluando no dista mucho uno de otro, ¿qué es lo que hace que se decante la balanza? Normalmente coincidís a la hora de determinar qué concursante se va y quines se queda? porque sois tres personalidades muy distintas.
Más o menos solemos coincidir, a veces discrepamos también, tenemos nuestras diferencias, pero cuando la cosa está bien, casi todos los entendemos y cuando no está tan bien casi todos lo entendemos. Solemos coincidir. Es más fácil de lo que parece.

 

En caso de no estar de acuerdo entre vosotros, ¿cómo tomáis la decisión? ¿Quién de los tres es el que suele convencer más a los otros dos?
No, consensuamos un poco y valoramos. Tú solamente nos ves deliberar dos segundos, pero ha habido algo más. A veces cuando todo está muy igualado sopesamos otra serie de cosas para que sea lo más justo posible y aún así seguro que nos equivocamos, en alguna ocasión seguro.

 

Lo de equivocarse o no es muy subjetivo. Hay gente que ve Masterchef, que discrepa de las decidsiones tomadas en cuanto a los concursantes.
Claro, pero el que tiene que tomar la decisión soy yo y en la tele luego te zumban. Y yo pienso, bueno tenías que haber estado aquí las ocho horas grabando conmigo, entonces verías cómo es el personaje, qué ha hecho y cómo lo ha hecho. Solamente ves ese poco que sale y tú te haces tu película. Por eso lo tengo tan claro, tengo que tomar la decisión y la mía es inapelable y va hacia adelante y ya está. Ahora, ¿me puedo equivocar? Pues seguro que sí, pero claro para eso tengo yo el poder de tomar la decisión y no tú, pues ya asumo yo todas las consecuencias, las buenas y las malas.

Como si me  equivoco en  mi restaurante, ya intento no equivocarme, pero seguro que me he equivocado muchas veces, porque soy humano y las consecuencias las pago yo.

 

Y hasta aquí las respuestas de Pepe Rodríguez. He de transmitiros a todos que Pepe estuvo encantado con la entrevista, la disfrutó casi tanto como yo. ¡Espero que vosotros también lo hayáis hecho!

Por mi parte sólo puedo decir,

¡Gracias Pepe!


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