Hay ocasiones en las que uno se hace una promesa y luego no puede cumplirla, siendo esta nueva visita a La Fábrica de Juan un claro ejemplo de lo anterior. El motivo de esta tercera visita era sin lugar a dudas el de probar su pescado, me lo había prometido y ese era mi firme objetivo cuando reservé.
Pero mientras nos dirigíamos en coche hacia el restaurante, mi compañera de batallas gastronómicas me insinúa en el último momento que más que pescado, se le antojaba volver a probar la carne que tan buen regusto dejó en su recuerdo.
Yo, mientras estacionaba me reía por dentro y me decía a mí mismo “no te lo crees ni tú”…bueno, pues como uno es un caballero del siglo XXI o un “panchito” (que cada uno se ponga en mi lugar y elija el calificativo que crea más apropiado, yo me quedo con el primero) lo que finalmente elegí fue el vino que acompañara a la carne…sabio refrán aquel que dice “donde manda capitán no manda marinero”.
Al entrar al local, al igual que en anteriores ocasiones, nos reciben amablemente y tras preguntarnos si “menú” o “carta” y contestar lo segundo, nos ubican en una estupenda mesa para 4 situada en una esquina del comedor.
Mientras esperamos a que nos atiendan, miro a mi alrededor y me llama la atención un cambio que me produce alegría. No sé si es debido a la “crítica constructiva” con la que finalicé mi anterior valoración sobre el restaurante (no quisiera atribuirme tal mérito pero ya es casualidad) o de motu proprio, observo que todas las mesas del comedor están vestidas con mantel de tela, eliminando aquella diferenciación que hicieron en mis dos anteriores visitas en las que si comías de “menú”, la mesa estaba vestida con mantel de papel y de si te decantabas por “carta”, se vestía de tela. Independientemente cuál sea el motivo del cambio mi más sincera enhorabuena. Para mí síntoma inequívoco de querer hacer las cosas bien y mejorar.
Bueno, volviendo a lo que nos compete, lo degustado fue lo siguiente (comida para 2 personas, todo para compartir):
1-“ALMEJAS A LA PLANCHA”: presentadas en bandeja de porcelana. Buen producto de tamaño mediano pero llenas de sabor. Estaban salteadas con ajo picado que le daba el “toque” justo. Por poner un pero al plato, llegaron con temperatura justa a la mesa y estando en estas fechas se quedan frías enseguida. Para evitar lo anterior fuimos rápidos en dar buena cuenta de la ración. Pregunto al camarero su procedencia y me comenta que son cogidas en Cantabria. Muy ricas. (17,6 € Iva incluido) Ver foto.
2-“CHULETÓN”: estupenda pieza de 1,1 kg. que al igual que en nuestra visita anterior apenas tenía hueso y contaba con la grasa justa. Marcado por fuera y crudo por dentro. Se presenta loncheado y acompañado por una cazuelita con patatas fritas y pimientos rojos del piquillo, muy ricos estos últimos. De nuevo éxito en la carne, sabor y pura mantequilla en boca. Ajustas el punto a tu gusto sobre una piedra caliente que fue sustituida cuando se enfrió. Mientras estoy disfrutando de la carne, consigo olvidarme del pescado. Tras esta segunda estupenda experiencia la carne en este lugar es un valor seguro. (39,93 € Iva incluido) Ver foto.
3-De postre compartimos “QUESADA”: presentada en una pizarra y acompañada de nata y almendras. La quesada muy rica, hacía mucho tiempo que no probaba una y me gustó mucho. El toque justo de dulce que mi cuerpo necesitaba para finalizar la experiencia. (5,5 € Iva incluido). Ver foto.
Acompañaron la comida bollitos de chapata artesana, en esta ocasión no llegan calientes a la mesa pero sí crujientes. Siguen estando muy ricos y siguen sin cobrar el pan. Bien.
En cuanto al vino de elegir, elegir bien, así que me decanté por un tinto, Ribera del Duero, Pago de los Capellanes, crianza 2009. Muy buena temperatura, descorche y primer servicio. Estupendas copas de gran formato Schott Zwiesel con el nombre del restaurante serigrafiado en las mismas. Realmente rico rico. (26,95 € Iva incluido).
También bebimos una botella de agua grande “Aquabona”. (4,40 € Iva incluido). Copas de cristal.
Finalizamos el disfrute con una infusión y un café solo, este último especialmente rico.
La cuentas ascendió a 97,13 € Iva incluido.
Se notaba la fecha y estaban hasta la bandera, principalmente ocupados por comidas navideñas de empresa que caldearon el ambiente de lo lindo. El servicio de mesa respondió con creces, agradables, correctos y sin demoras.
Mientras apuraba el café, por delante de mí desfilaron estupendas piezas de Rodaballo y Lubinas salvajes, que a tenor de las reacciones que producía en los comensales que los degustaban, estaban bien buenos.
Justo antes de salir del local, me quedo mirando la variedad de botellas de vino que descansan en el stand de la entrada. El responsable del local, Koldo, siempre atento a todo, se me acerca sigiloso y hablamos durante unos instantes de los vinos expuestos y medio “pactamos” un Alto Moncayo para la próxima visita.
En un principio no es un vino que cuadre mucho con el pescado pero llegados a este punto, cualquier excusa es buena para volver e intentar cumplir mi promesa.
Quesada
Chuleton con patatas y pimientos
Almejas a la plancha
A ver si consigues de una vez probar los pescados porque a este ritmo tendrás que volver unas cuantas veces a este restaurante ;-)
Hace tiempo compañero que me di cuenta que mandamos en todo menos en lo que las compañeras mandan...así que realmente no mandamos en nada :-))
Cuando puedas pásate a probar su carne que creo no te defraudará. Si no tienes con quién, cosa que dudo, me haces un privado y aprovechamos de una sola vez a dar de comer a dos pájaros de cuidado, yo pescado y tú carne ;-) Yo sabes que tengo disponibilidad absoluta de días (je,je).
Un saludo
Je,je...no compañero, ya me fijé en ello y hubo gente que comió menú. De todas formas como volveré a mucho no tardar, me fijaré si el cambio es definitivo o solo ha sido motivado porque estamos en fechas navideñas.
Intento sacar buenas fotos, aunque con el móvil no se pueden hacer maravillas.
Un saludo.
Te aseguro que la próxima que cuelgue será de pescado y espero que merezca la pena después de tanto bombo que le estoy dando (ja,ja).
Un saludo Alberto.
No tengas tabús con el vino. Tú dame a mi un buen rodaballo salvaje y ese fantástico Alto Moncayo y ya verás como no le hago ascos ;-)
Enhorabuena una vez más (y ya nos estás mal acostumbrando) por otra buena crónica!!!
Siéndote sincero me daba apuro darle caña a ese Alto Moncayo con pescado, pero si tú lo harías...yo lo haré ;-)
Un saludo Javi y gracias por el consejo.
Como siempre estupenda valoración
Con respecto a lo del vino, que te voy a decir si siempre pido tintos " y nunca denominación Rioja"
Aunque tengo una botella de Pontac, que me han dicho me va a gustar.
Bueno, será el primero que me guste, pues la verdad hace tiempo que decidí dejar de probar esos vinos
Saludos
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.