Thalassa: uno de los grandes olvidados

El Thalassa es de esos restaurantes que no deberías olvidar cuando quieres comer bien, de esos restaurantes que siempre merece la pena visitar, aunque tengas que hacer unos cuantos kilómetros y llegar a Viver.

El restaurante tiene una decoración moderna a la que sin duda se le nota el paso del tiempo, nada grave, pues ese punto demodé le da cierto encanto, pues estar fuera del circuito habitual de los restaurantes de la urbe lo hace especial con esa atmósfera en la que la pátina del tiempo ha dejado huella.

En esta época tiene un menú de setas de primavera que fue por el que optamos. Empieza por un sencillo pero rico paté de setas variadas que se sirve junto a unas tostas de pan. El primer entrante serio es una ensalada tibia de chips de alcachofa y pie de mouton. Una ensalada bien ejecutada puede ser un plato de 10, como fue el caso, uno de esos platos que destacan porque su excelencia está en la sencillez, el saber conjugar bien los elementos y darle a cada uno su protagonismo.
La hamburguesa de perrexicos con huevo ecológico es digna de mención especial. Una falsa hamburguesa con todo el sabor de las setas, el tomate ligeramente avinagrado y con el punto dulce del ketchup, una mostaza muy fina y el huevo que estaba muy rico.
Longaniza trufada casera con salsa de setas de cardo. He de decir que el plato en realidad va con colmenillas, pero cuando llegó el plato a la mesa nos informaron de que no quedaban y nos las habían cambiado por setas de cardo. Obviamente, la diferencia es tan abismal de una seta a otra que el plato perdió varios puntos. La seta de cardo es bastante insípida, y eso que esta era silvestre, y se quedó apocada junto a la carne que estaba muy especiada y sabrosa. Espero que no vuelvan a hacer este tipo de experimentos porque salimos perdiendo.
Fuera del menú nos apeteció probar algún arroz y el cocinero nos recomendó el de gambas y rape. Perfecto el punto de cocción, el arroz meloso y el sabor del fondo a mar muy bueno.
De postre, y dentro del menú de setas, tomamos helado de boletus con fresas salteadas. El helado casero muy bueno de textura y sabor, las fresas le aportan un punto dulce, pero al estar salteadas siempre pierden acidez, así que no es una preparación que suela entusiasmarme. El plato incluye un puntito de pimienta rosa que le da profundidad y lo hace más interesante.

La carta de vinos es correcta, aunque la mayoría de las referencias son muy comerciales tiene algunas referencias interesantes y los precios y las copas no están nada mal. Tomamos un Concertum que acompaño perfectamente la comida. El servicio es muy básico, conoce poco la carta y apenas se centra en transportar los platos y abrir la botella de vino. Una lástima, pero tampoco te amarga la visita.

  1. #1

    JoseRuiz

    Lástima el tema del servicio, por otra parte un mal frecuente en España.

    Siempre que he oído hablar de Viver es para ensalzar su embutido.

  2. #2

    Dani C.

    en respuesta a JoseRuiz
    Ver mensaje de JoseRuiz

    El embutido de Viver no sólo tiene fama, tienes que probarlo José, porque está realmente bueno.

  3. #3

    JoseRuiz

    en respuesta a Dani C.
    Ver mensaje de Dani C.

    Creo recordar que probé un carpaccio de poltrota en el Riff que era de Viver y estaba realmente buena, pero no he tenido otra ocasión.

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