Pues parece ser que la hamburguesa está de moda, o quizás nunca ha dejado de estar de moda. Pero ahora se me antoja que vamos a por el toque gourmet, de este producto tan denostado debido al fast food. Prueba de ello es que multitud de locales ya puedes comerte una buena hamburguesa de buey o ternera, con un pan de calidad, ciertos productos gourmet, o al menos más cuidados y una cierta distinción de este plato.
En Valencia tenemos dos muy buenos representantes de esta ola de la carne picada, Mesclat y Mediterránea de Hamburguesas. Unos somos de unos y otros del otro local, no entiendo nada de fútbol, pero debe ser algo así como ser del Barça o del Madrid, aunque lo que está claro es que la hamburguesa gusta.
Siguiendo esta estela, pero adecuándose a su ubicación y contexto, llega Rubén García y abre en el pueblo de Moncada una nueva hamburguesería que sigue los principios de los dos primeros. Tal vez un peldaño por debajo, pero también lo está en precio y está fuera de la ciudad. Esto es Wall Street, al que se le ha dado ese toque americano, más cercano al estilo de un Foster's Hollywood, por mencionar alguno de estos locales, pero con ese punto gourmet, pues en este restaurante se compra la carne, se pica y se elaboran las hamburguesas.
Hemos estado en un par de ocasiones, y lo más interesante es pedir el menú que ofertan, que incluye:

Una ensalada, nosotros escogimos la ensalada de camembert. Buena calidad de la verdura y correcto el camembert frito.
Un combo típico con alitas de pollo, nachos, guacamole, fingers de queso, jalapeños... Aquí flojea el tema y, sin ruborizarse, Rubén reconoce que es lo que único que compra hecho, y aquí se nota el calidad es algo deficiente, aunque es lo que todo el mundo busca en estos locales de grandes franquicias.
Una hamburguesa, costillas, sandwich... El caso es que nos habían hablado de cómo se cuidaba aquí el tema de las hamburguesas y fuimos a tiro hecho. Probamos algunas de las que tenía en carta y la verdad es que se nota la calidad de la carne. El pan, a elegir entre rústico o americano, también acompaña, bien elaborado y acorde a la calidad del plato, aunque me gustó más el rústico. Detalle muy importante, patatas fritas no congeladas, ¡qué lujo es encontrar hoy en día un restaurante que pele y fría sus patatas!
Un postre. La apuesta del local en este tema es dura, por lo que se ha contratado a un pastelero que elabora los cheesecake, brownies o tartas de manzana americanas (american pie). Desde luego el choco-cheesecake está muy bueno, como lo está la tarta de manzana, aunque llegados a este punto apenas me dio para probar un poco de los postres.

El tema del vino es otro cantar... La carta de vinos es anecdótica, aunque entiendo perfectamente que el público que llega este local no sea consumidor de vinos, lo cierto es que hay poco y las referencias no son nada atractivas. Dejamos el vino de lado, así que valoro este apartado sólo por la carta y las copas que pude ver.

En definitiva, una oferta muy interesante, sobre todo si se vive fuera de Valencia capital.