Me costo mucho escoger sitio para la cena del sábado y después de incluso anular la reserva en otro sitio, tras ver el comentario del amigo Isierra , no acabe del todo convencido , mas que nada por algo que no llego a entender .
Llame para hacer la reserva y me comentaron que todavía estaba a tiempo de coger mesa en la zona, que ellos dicen que tienes mas intimidad y que vas a estar mas tranquilo, lo único que en esa zona tienes que pedir el menú, no vale el picoteo.
Sin problemas ya sabéis que somos de menús , de tranquilidad nada de nada , tampoco es algo que me preocupe , había un gran bullicio , mucha gente joven disfrutando de la noche madrileña , mucho ruido , lo normal , a nosotros no nos molesta , sabíamos mas o menos como era el local , lo que no se es porque hacen distinción entre las dos zonas , pero lo que si me molesto es encontrarme con un par de mesas grandes , con gente joven , en concreto una de chicas , pidiendo de picoteo , disfrutando de la divertida carta del local , eso me molesto , será la edad , me estaré volviendo un cascarrabias .
La cuestión, yo fácil que hubiese pedido el menú gastro, pero me condicionas a la hora de hacer la reserva a ese menú ya que es el propio de la zona de intimidad, sin embargo ni la zona es tan intima, ni para todo el mundo es obligatorio ese menú, a mi lo que me jodio es lo del menú, pero será por la edad.
Local ya descrito, gente joven por todos los lados, la atención de las mesas, rápida y haciendo lo imposible por llegar a todo, sin problemas en ese sentido.
Cogimos el menú gastro, bueno nos escogieron el menú gastro, aperitivo, cinco platos individuales y postre.
Cebiche de berberechos y ostra con ponzu, jengibre y cebolleta.
Tiradito de pez mantequilla con salsa de caviar de lumpo y alga nori.
Turrón de foie sobre espuma de almendra frita con garrapiñados y confitura de higos y pan brioche.
Croqueta de sepia ajoaceite gratinado, alga nori en tempura y un caldo de gazpachuelo de pescado caliente y vieiras.
Taco de cochinillo pibil.
Costilla de wagyu, salsa teriyaki con toque de trufa y setas y tomate seco.
Para acabar croquetas de tarta de queso y arandanos.
Como mi idea era probar las croquetas y aunque en el menú, había, aunque no las que yo quería probar, me pedí un dúo, de Croquetas líquidas de queso sobre confitura de tomate y aceitunas negras.
Decir que me decepcionaron un poco, bueno las de sepia del menú, no, estaban cojonudas, el cebiche, el turrón y la costilla también nos gustaron mucho, el resto bien , sin destacar nada .
Para beber un blanco de costers de segre, auzells, acompaño bien , dieciocho euros y pico, el menú treinta y pico, bien de precio.
Resumiendo, una opción canalla, local a tope y carta divertida, quizás entre la comida en la candela y que chocheo con el tema reservas, no disfrute del todo.