15 de septiembre fiesta de La Comunidad Cántabra y buen tiempo, la zona costera a tope de gente, a lo que se une el Campeonato del Mundo de Vela.

Nos dirigimos a la zona sur de la Comunidad y tras un año, una nueva visita a este restaurante.

Menú a 18 euros con bebida y cafés incluidos en el precio.

De primeros:

Tosta de queso de cabra con nueces y trigueros.
Ensalada de langostinos y granada, y
Dos de sopa de ajo con senderuelas.

Platos:

Olla ferroviaria de garbanzos con rabo
Olla ferroviaria de alubias rojas con jamón ibérico y níscalos, y
Dos de Huevos ecológicos, con morcilluca y pimientos de padrón.

Postres caseros:
En mi caso tarta de la casa horneada.

Mis platos: la sopa de ajo bien de un 7, y la olla de garbanzos con rabo, los garbanzos eran de tipo blanco lechosos, resultando algo ásperos pero el rabo estaba de un 9.5 El postre mío de 7.5.

De vino que correspondía al menú Monte Toro roble de 2009, que aguantaba muy bien a pesar de ser solo un roble de 6 meses y del año 09.

Cocina bien hecha, en un comedor desde el que se puede apreciar casi todo el Valle de Olea y con un buen precio. Si os perdéis por la zona, pues no es lugar de paso, os lo recomiendo, pero fuera de agosto solo abre los fines de semana y festivos.

Local perféctamente descrito en el comentario anterior realizado por el compañero Argumosa.
De nuestra visita en abril quedamos satisfechos y decidimos que había que volver en época más cálida. El paisaje ha cambiado y la primavera-verano se hacía sentir. Verdor, verdor y mucha tranquilidad. Es lo que tiene esta comarca que es de medía montaña y está a unos 1000 m. de altitud.
Cuatro adultos y dos niñas sentados en una amplia mesa y con estraordinarias vistas al valle de Valdeolea.
No pudimos disfrutar de una olla ferroviaria, minimo 6 adultos, y viendo el buén y apetecible menú del día (15,00) optamos por el mismo.
Nos decidimos por:
- 2 Trillo Morrón : Presentado en una especie de raqueta de madera en donde se servía el Pimiento Morrón, acompañado de rulo de queso de cabra y canónigos. Sorprendió y fué muy ponderado por su equilibrio, nítidos sabores y frescura.
- Ensalada Verde con Cecina : Lechuga fresca acompañada de unas amplias lonchas de cecina y aderezado con aceite de oliva virgen y vinagre de frambuesa. Gustó. La cecina de gran calidad.
- Garbanzos con morcilluca y chorizo : Abundante plato de garbanzos de calidad y muy bién acompañados de medallones de morcilla y chorizo. Fueron ensalzados por el valiente comensal.
De segundos platos :
- Bonito plancha con fritada : Bonito fresco, pero quizás hecho un poco de más, acompañado de la fritada de tomate, pimiento, cebolla, etc.. Aún así gusto.
- 2 Hamburguesas caseras con setas : Buena carne, sabrosa, buén tamaño, en su punto de hechura y acompañada de varios tipos de setas a la plancha. Gustaron.
- Mixto de verduras a la plancha : Calabazín, judías verdes, pimiento rojo, cebolla, berenjena, etc., regadas con un buén aceite de oliva. Gustó por su frescura y estado al dente.
- 2 Menús infantiles (8,00): Se componía de : 2 filetes de lomo-lomo, comentamos que rara vez se ve en los platos de los rtes. un lomo de esa vista y calidad, patatas fritas y abundantes espaguetis. Se solicitaron sin tomate y se los hicieron con aceite de oliva vigen (Un detalle).
- De postre, incluido en el precio del menú, se optó por : Helado de Galleta, Queso (Arzúa_Ulloa, me pareció) con higos en almibar, Helado de Dulce de Leche y Tarta de Queso. Todos ellos caseros y nos encantaron.
Para las ñiñas dos helados.
Acompañamos la comida con, no podía ser de otra manera, con un vino de Toro, Sobreño Cr. 2009. Viejo conocido nuestro. Perfecto, armonizó muy bién toda la comida. Vino equilibrado, de cuerpo, carnoso, con fruta fresca y un elegante paso de boca. Como el vino del menú era más inferior nos cobraron la diferencia 7,00 E./B. Se comento y agradeció el gesto.
- 3 Cafés y una infusión, incluidos en el menú. 1 botella de agua mineral Corconte 1L..
El servicio es atento y con ganas de agradar. El servicio del vino se limitan a abrir la botella, pero tuvieron el detalle de traernos una funda térmica por si creiamos que el vino pudiera estar un poco caliente, con lo cual conseguimos una temperatura óptima para su consumo.
Un local al que volveremos, con más adultos, para poder disfrutar de sus ollas ferroviarias y cuando haga un poco de frío.

A Valdeolea, a unos 10 km al sur de Reinosa, nos dirigimos a este restaurante, con el fin de probar sus ollas ferroviarias, no en vano, el establecimiento se ha proclamado vencedor en el capítulo de ollas ferroviarias en la primera Ruta de los Pucheros, celebrada hace pocas semanas en Cantabria.

Cerca está el rio Camesa y el lugar con dicho nombre, único rio cántabro que emite sus aguas al Atlántico y zona del antiguo Camino de Santiago, cuando los que le realizaban trataban de evitar los peligros sarracenos.

Restaurante encaramado en una ladera, con aspecto rústico, donde la madera impera, tanto en su interior como en los exteriores, con arboles tallado con variadas formas, figuras y utensilios.

Comedor muy luminoso con vistas al valle, con buena separación entre mesas y cristalería y cubertería etc., bien dignas.

Dispone de una carta amplia con varias posibilidades, las que más llaman la atención precisando encargo previo, permaneciendo abierto los fines de semana, fiestas y durante todo el mes de agosto.

Disponen de un menú por un precio de 20€, consistente en ensalada o sopa y luego un plato de cuchara, postre vino de Toro roble y cafés.

Tomamos:

Ensalada con una setas a la plancha en el centro, recién elaborada, que estaba buena y una sopa de ajo con boletus, aún mejor, presentada en el característico cuenco de barro.

De cuchara, olla de garbanzos con bacalao y espinacas y cocido montañés elaborado en una olla. El cocido le encontré algo seco, y a falta de berza, eso sí, con mucho compango. Gustaron y mucho los garbanzos.

Mermelada de calabaza con yogurt y helado con higos bañados en chocolate. Muy buenos los postres.

La comida acompañada de un buen pan (en la zona se cuida el nivel del pan) y cerrada con unos cafés y en mi caso con te del puerto ligeramente bautizado con orujo.

El menú comprendía un vino de Toro, en concreto Monte Toro roble 2009, que cumplió con creces dadas las características de lo comido.

Buen servicio de la mesa, con diligencia y sabiendo estar.

Según pudimos leer dispone de hasta 14 ollas ferroviarias distintas, precisando encargar la que se quiera ex profeso. La ganadora del concurso fue de cabrito con verduras. También se puede encargar cabrito y pollo picasuelos.

Lugar para volver, cuando nos abandone este invierno en primavera que tenemos y quizás llamar previamente para encargar platos especiales, pero también le veo para, si no se tiene prisa y quieres ver un valle distinto, abandonar la autovía bien en Reinosa o en Mataporquera y comer en buen lugar, con una buena cocina.

Este es el lugar que con su señalización de los servicios dio origen a este hilo

https://www.verema.com/foros/restaurantes/temas/1069973-senalizacion-servicios-restaurantes