Restaurante Casa Félix en Valls
Restaurante Casa Félix
País:
España
Provincia:
Localidad:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
41 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.7
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.5
Crema Catalana
Llonganissa amb Mongetes
Calçots
Opiniones de Casa Félix
OPINIONES
4

restaurante de carretera con hotel, conocido más por sus calçotadas y eventos sociales (BBC) que otra cosa.

ambiente ajardinado con zonas amplias para celebraciones.

es un excelente negocio donde se une el trabajo de la "fábrica" de comida con una presentación/tramitación correcta. 

no hay grandes historias en la carta, más allá de la calçotada de temporada (que cada vez más larga y se ha convertido desde hace muchos años en el gran negocio alimentario donde por 35-40 euros por persona te hinchas de cebolletas (!)con salsa), rovellones cuando los hay, patés, embutidos, carne a la brasa, bacalao.... lo de siempre. 

la comida está buena y bien cocinada, aunque la RCP es alta pues el precio tensiona por arriba.

el servicio es amable y servicial, si vas de calçotada, que implica grupos de personas haciendo algarabía y alboroto con el suca-suca del calçot.... si lo comparas con el que corresponde a un restaurante, pues algo tosco, agobiado y acelerado.

esto es inevitable cuando mezclas negocios, cuando quieres servir tapillas de calidad y tener un restaurante, al mismo tiempo, en la misma (casi) ubicación, y el camarero confunde el de la cerveza y la chistorra, con el del solomillo con foie y la cosa sale más o menos al trote cochinero...

algo así sucede en Casa Félix, con el agravante de que han hecho dinero a manos llenas, con lo que se nota el "mevasacontardelnegocio" y todo va más o menos.

 

no lo recomiendo, principalmente por lo caro.... lo mismo en un restaurante (con menos maderas nobles, de los 80-90??) de cocina tradicional catalana estaría por un 20% menos....

eso sí, lo que se come, está bien cocinado y es bueno. 

 

 

 

Un local visitado todos los años varias veces y que, tras retirada del ski, se hace más difícil la visita. Animados por la opción de paso al inicio de temporada de calçots (pocos son los sitios que disponen en fechas temparanas) nos disponemos a un revival en pareja tras antecedentes de llegar en grupos de 20 (entre adultos e hijos). La última visita ya en solitaria pareja, hacía casi 4 años.

No hay cambios en el local, en la carta, en la atención (salvo aumento de camareras del este pero que cumplen igual o más que las del oeste). Buen servicio en sala, amable, profesional, atento. Algún retardo en cocina cuando añades un plato extra. Posibilidad de repetir de cualquier ingrediente de la calçotada. Mantiene precios y mantiene clientes asíduos y sobre todo gente del lugar que sale el domingo a comer fuera. Tampoco ha habido cambio de copas, igual con el trasiego de mantenes y guantes hacen peligroso y frecuente la ruptura de las mismas, pero sobre todo que ésta no es su guerra.

Nuestro motivo de visita es la calçotada (35.20€) y vamos a por ello. Añadimos un extra de caragols a la llauna y que se empeñaron en servir entre los calçots y el resto del menú y lo que hicieron fue retrasar más de la cuenta la segunda parte de la calçotada.

. plato de aceitunas de aperitivo. Pan a la brasa con tomate y ajo para restregar. Esta vez no hubo fuet.

. calçots hasta el hartazgo: gané por 3 a 2 en las tejas. Buen tamaño, algo más fibrosos (¿inicio de temporada?) y difíciles de pelar (¿menos formados?), bien braseados. Un alimento que merece su esatatua. La salsa romescu confirmo mis sensaciones pasadas: más sabrosa que antaño y más densa y con más almendra. Muy buena.

. caragols a la llauna con all-i-oli (17€): de nuevo (como la anterior visita) cargados en demasía de especias hasta el punto de quedar descartados para otra ocasión.

. plato de carnes a la brasa: contiene por persona, dos chuletas, trozo de morcilla, trozo de butifarra, alubias cocidas y salteadas, alcachofa partida. Y todo ello, en buen punto de brasa. Bien la carne, Buena la butifarra blanca (longaniza payesa), regular la butifarra negra (morcilla de carne), algo secas las alubias pero buenas, muy buenas las alcachofas. Repetimos de alcachofas con un plato extra con 6 medias a la brasa recien hechas.

. postre oficial la crena catalana, correcta con un extra de un sequillo bañado la mitad con chocolate; cambio de una ración a fruta variada bien pelada, madura y sabrosa.

En la bebida, incluida en el menú, sigue el Segura Viudas brut reserva en botella mini como cava, agua sin gas Aquarel y vino blanco de la misma bodega Xarel.lo 2016, ambos muy básicos.

Buenos cafés finales, sin más extras que no son pocos.

Una buena dosis de recuerdo para que no bajen las defensas 

 

 

Todos los años me digo “de este año no pasa”… y nada. No había manera. Por hache o por be surgía alguna cosa y se me terminaba pasando la temporada de calçots. Pero este año no iba a pasar… y así fue.

No teníamos muchas referencias en la cartera así que nos decidimos por este local ya que nos pillaba cerca de donde andábamos en ese momento, sin ningún otro motivo en especial.

El local es muy amplio respirando aire clásico en todos sus elementos. Las enormes dimensiones de la sala restan cualquier atisbo de encanto especial.

Existía la posibilidad de un menú calçotada por unos 37 € pero nos pareció muy amplio, así que conformamos una comanda a nuestra medida. Así quedó la cosa:

Calçots. Servidos al centro sobre una teja encontramos una cumplida ración de calçots de buen calibre, tiernos, sin hilos ni fibras molestas que empapábamos en salsa romescu para mi gusto algo baja de intensidad pero haciendo bien su papel. Regocijo.

Llonganissa amb Mongetes (Longaniza con Judías Blancas). Correcto tanto el embutido como el acompañamiento aunque lejos de enamorar en ningún aspecto. Justo.

Cordero a la Brasa. Cuatro chuletitas con una guarnición compuesta por unas patatas fritas y unas testimoniales verduras. Sirva la valoración del anterior plato para éste. Lo mejor… las patatitas. Replay.

Como postre compartimos una Crema Catalana muy rica y sabrosa. Últimamente le estoy prestando atención a este punto de la comida que nunca me había atraído mucho y es que las satisfactorias experiencias de estos últimos meses han activado mi interés… eso o que estoy regresando de nuevo a la infancia, a saber.

Para beber pedimos dos cervecitas que resultaron dos pintas de rubia de barril con la consecuente sonrisa en nuestras caras al ver las inesperadas dimensiones. También una botella de agua grande.

El pan consistía en unas rebanadas amplias de pan tostadito muy rico acompañado de sus dientes de ajo y tomate para restregar junto a un buen AOVE en la típica aceitera rellenable.

Un café para cerrar.

Servicio profesional, organizado y atento con pinta de saber batallar en salones de esa índole.

En resumen, pude saciar el antojo de calçots que tenía en los últimos años con buen resultado en lo referente a ello. Respecto al resto… si bien todo resultaba correcto no hallé nada aquí que me atrajera lo suficiente como para sentir ganas especiales por volver… pero bueno, eso ya son gustos personales.

  • Crema Catalana

    Crema Catalana

  • Llonganissa amb Mongetes

    Llonganissa amb Mongetes

  • Calçots

    Calçots

Me extraña mucho que no tenga ninguna referencia este restaurante que es un clásico de la zona especialmente en calçotadas. Yo llevo pasando por aquí al menos una vez al año (excepto el pasado) al regreso de esquí en Andorra o pirineo catalán. El local empezó ampliando hasta hacerse con múltiples comedores, del que recuerdo con especial cariño la mesa que está dentro del enorme tonel que forma parte del comedor; también comedores en la planta sótano... El dia de la visita sobraban mesas hasta en el comedor principal cuando era lo habitual (sobre todo en fines de semana) comer en dos turnos (nosotros siempre en el de las 3 por llegar desde el pirineo).

Carta amplia tanto en comida como vinos. Optamos por la clásica calçotada y más ahora que ya se va acabando la opción. Puedes repetir de todo y cuantas veces quieras y te lo ofrecen repetidamente, pero salvo calçots no repites porque las raciones ya son más que abundantes.

De entrada traen un buen pan con ajo y tomate y aceite (recuerdo que antes también un poco de fuet), unas aceitunas arbequinas por cortesía de la casa. A la espera (muy corta) de los queridos calçots en su teja, de buen tamaño y sabor, con una buena salsa romescu (me pareció mejor que la recordaba); cayeron dos tejas y medias por mi parte y una y media por mi acompañante. Mientras llegaba el resto del menú, no resistimos la tentación de unos caragols a la llauna que estaba un poco pasados de perejil pero bien hechos.

Llega el plato fuerte que contiene alubias que, como legumbres, son buenas para acompañar la grasa del embutido (morcilla y butifarra blanca) ya que dificulta la absorcion intestinal de la grasa; un par de chuletas (la mayoría de palo) y unas estupendas medias alcachofas de buen tamaño hechas a la brasa.

Postre: la clásica crema catalana buena y con bastante caramelo tostado; y fruta pelada correcta (aceptaron el cambio del menú sin problemas).
El vino incluido en el menú Conde Caralt y se ofrecieron a traer media de blanc de blanes y media de tinto vendimia seleccionada; más una mini de cava de Segura Viudas brut reserva.
Unos cafés para despertar y preparar el regreso.

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