Restaurante del segundo hotel mas caro de Copenhague. Situado al lado del Tivoli, de hecho los jardines del hotel están valla con valla con el parque de atracciones y enfrente de la Estación Central. Sitio "fashion" con publico y acorde a lo esperado. dado que sus precios son similares a muchos otros locales de la ciudad y , dado que habíamos estado en el bar contiguo en el dia anterior y nos encontramos muy comodos, decidimos ir a cenar.
Sillas muy comodas con mesas amplias y decoración moderna perro con toques antiguos , como por ejemplo carteles de épocas anteriores o cartas del restaurante de los años 30.
Tomamos como primeros Rissoto con champiñones y cangrejo, para quienes lo tomaron , sencillamente extraordinario. Muy buen punto de cocción , con sabor muy alto. Y también Salmon marinado con crema fresca, rabano picante y col , plato original , pero no del nivel del rissoto.
Y hasta ahí puedo contar. Lo que vino después fue sencillamente impresentable . Ya habíamos tenido problemas con las bebidas. Pedimos tres cervezas y nos sirvieron dos. Pedimos agua mineral y hubo que volver a demandarla después de 15 minutos para que nos la trajeran. Lo dejamos pasar porque ni nos va la bronca ni nos va el mal rollo. estábamos de celebración en un buen sitio, cómodo , intimo y no era plan de amargarnos la noche. Pero .........los segundos no llegaban. Al cabo de treinta minutos de esperar , preguntamos y nos dice la camarera (la cual era una mandada del Jefe de sala) que va a preguntar a la cocina. Vuelve diez minutos más tarde y nos dice que en cinco minutos vienen, le digo que no, que me traiga la cuenta que nos vamos. Se va , se lo dice al jefe de Sala , el cual ni nos mira. Pasan diez minutos , nadie nos hace caso, pasan de nosotros totalmente, nos levantamos, me quedo con la tarjeta en la mano al lado del atril de la entrada esperando para pagar. Entonces , mágicamente aparece el maitre y me dice que en tres minutos vamos a tener los segundos, le contesto que me da igual, que me de la cuenta que ha pasado mucho tiempo y que me quiero ir. Me dice que si 40 minutos es mucho para mi y que la causa es que una de las carnes se había pedido a punto medio. Le contesto que es mucho tiempo para mi y para toda España y que me traiga la cuenta. Se va, entra a cocina y sale y me dice que no tengo que pagar nada y que era una pena porque ya están los platos. Le digo que muy bien, pero que no quiero seguir cenando allí.
Para más Inri, la cocina es a la vista. Durante todo el tiempo que estuvimos allí podíamos observar como cuatro cocineros estaban de conversación, risas y abrazos múltiples entre ellos (sic). Nadie cocinaba, todos de muy buen rollo , pero nadie trabajaba. Lógicamente no podían hacer los segundos. Y , para que luego digamos de España , ninguno llevaba gorro que cubriera su cabello.
Una pena, por un restaurante que prometía en Copenhague , nos encontramos con un pésimo servicio. Resultado triste, , ya que como digo , estábamos celebrando un cumpleaños. Al final , ni celebración ni nada. Piensas que en el local de un hotel en el cual la habitación más barata ronda los 400 euros esto no puede pasar. Pues pasó.....No es entendible , ni justificable. No puedo comprender como se puede tener ese absoluto desprecio hacia el cliente y ese menosprecio evidente por muy latino que sea el que, al fin y al cabo va a pagar la cuenta (y no barata precisamente)
Después lo narrado poco más que añadir. Simplemente ..........Un desastre . Una pena porque la cocina prometía.
La puntuación de RCP va en función de los precios de la carta, ya que insisto que no pagué nada. Y el entorno se evalúa en función del servicio