Casi dos años después de nuestra primera visita, de la que guardábamos un excelente recuerdo ,decidimos volver al bistrot de Jordi Cruz en Barcelona, la noche del jueves 29 de diciembre del 2016, para hacérselo conocer a nuestra hija.
Para empezar, y con ello queda definido todo el hilo conductor, tengo que decir que si hubiese sabido lo que iba a pasar esa noche hubiese pasado de largo.
No voy a hacer una vez mas una nueva descripción del restaurante, pues ya ha sido bien detallado en otros comentarios, incluido el mío.
Llegamos al restaurante a las 20h30 y nos situaron en una buena mesa, para los que conocen el local, la que se encuentra frente a la barra de preparación de platos.
El restaurante estaba semi lleno. Tres camareras para servir mesas y una para preparar los platos saliendo de la cocina.
Optamos por tomar el menú degustacion largo Top Ten's, compuesto de 12 platos a 62 €/persona
El servicio de sala fue catastrófico y mido las palabras. El del vino inexistente.
Dos horas y media para servir 12 tapas de un menú. Espera entre tapa y tapa indigna de un menú degustación, según que platos tardaron mas de 20 minutos en llegar y uno de ellos no llegó nunca. Tuve que exigir varias veces que me cambiasen los cubiertos, sucios y los platos también sucios. Tuve que pedir varias veces que trajesen el pan, lo habían olvidado. Extraña presentación de los platos, la mayoría de ellos, hago hincapié en que pedimos 3 menús degustación, se nos sirvieron en dos platos a dividir entre tres. También me quejé, sin resultado... muy curioso.
Al final de la cena, le dije a la que pienso que era la responsable de sala que estaba muy descontento y la respuesta fue que según la ley de Murphy, nos había tocado a nosotros una mala noche. Como respuesta es excelente, no ?
Ah, antes de pasar a describir los platos, mencionar que la persona que los preparaba a la salida de la cocina, no iba protegida, estaba resfriada y, por ejemplo, un ejemplo entre otros, emplataba, tras haberse rascado la cabeza o la nariz... sin lavarse las manos.
Tomamos pues :
Nitro Coctel 62
olivas gordal rellenas, naranja al tomillo, limon y ponzú.( 2 por persona)
Ostra a elegir entre cuatro o Tosta de anchoas
Gamba de Palamós, agua de verduras y tomates confitados
Taco-steak con helado de mostaza y encurtidos
Fritura de cazón con mayonesa espumosa en adobo
Huevo a baja temperatura con anguila ahumada
Foie, mantequilla de trufa blanca y cecina No llego nunca a la mesa.
Ssam de Castañuela Ibérica con sardina y su espina crujiente Las espinas no aparecieron por ninguna parte.
Raya con patatas ratte guisadas, romesco, ajo negro y polvo de picada
Pan de brioche frito y ahumado con lagrima ibérica y patatas de luxe
Y como postres :
Begonias Pink Panter
Café a la Italiana
Cocina a buena altura, en general, destacaría el Taco-steak, la fritura de cazón y la raya con patatas ratte... truncada por el mal servicio. En un menú degustación los tiempos son primordiales.
Acompañamos la cena con una botella de vino blanco ecológico L'Abrunet de Frisach, DO Terra Alta 2016 Celler Frisach, Cepajes 100% Garnatxa blanca, se embotella sin filtrar ni estabilizar. Me pareció ligero, fresco, sin persistencia en boca.
Evidentemente no tomamos cafés.
La cuenta ascendió a 68,3 €/persona. Mala RCP. En la puntuación del restaurante, la nota del entorno se vera mermada por la calidad del servicio, de manera a poder darle la nota que me parece la mas merecida.. No volveré a meter los pies, a menos que la ley de Murphy me lleve.