Tapeando con Jordi Cruz

Hacía algún tiempo que quería visitar este restaurante de tapas de Jordi Cruz, tenía buenas referencias y quería comprobarlo por mi mismo, al fin surgió una oportunidad andando por el Born, que por cierto está en muy buena forma.

Visita entre semana, llenó tres cuartas partes de su aforo, clientes extranjeros y locales, ambientación moderna, blancos y negros, "casual", en una sala alargada y cómoda.
Servicio joven y atento aunque en algunos casos necesitan estudiar algo mas su propia oferta, algunos problemas para responder algunas preguntas sobre la carta, especialmente la de vinos.

Lo hacen todo al momento y ya nos avisan que algunas tapas cocinadas podrían tardar un poquito en ser servidas y creo que vale la pena, lo pudimos ver en algún plato, la diferencia entre darle un golpe de horno a algo ya cocinado, o en el peor de los casos de microondas, a recién hecho es notable.

Tapas elaboradas, clásicos puestos al dia, toques japoneses en alguna elaboración y mas protagonismo al producto y su sabor que a la presentación, algunas raciones… minimalistas.

Compartimos varias cosas guiándonos por los consejos del personal, ahí van.
- Steak tartar, correcto, en realidad como muchos otros, en mi opinión no sería de los platos destacables, aunque bueno.
- Patatas bravas, este es uno de los platos con un ligero tuneado, si se me permite la expresión, patatas gajo con piel, que hay que remover, porque están sobre una base de sofrito muy bueno, encima, una buena cantidad de un all i oli suavecito, el conjunto muy bueno.
- Calamares a la andaluza, hacía mucho tiempo que no comía unos calamares a la andaluza tan buenos, rebozado espectacular, tiernos, nada de “goma”, lástima el tamaño de la ración, muy escasa, o quizá fue que estaban tan buenos que me lo pareció a mi, pasad de la salsa de acompañamiento, directamente el calamar y punto.
- Jamón Ibérico, bueno!!, aquí el mérito está en elegir el jamón, cuantas veces hemos comido jamón ibérico en algún sitio y si, está bien, pero….este es de los buenos, una persona que venía con nosotros que no había probado el jamón ibérico (obviamente no era de española), literalmente se hizo polvo…
- Alitas de pollo yakiniku con langostinos, una versión de mar y montaña, gustosa, super tierna, delicada.
- Lágrima ibérica, servida sobre una mini parrilla de donde salía un humo de barbacoa que iba impregnando la carne y que a nivel olfativo, lo hacía realmente apetitoso, carne muy bien cocinada, tierna, también con un toque ligero de salsa que no recuerdo, puede ser uno de los puntos fuertes del restaurante.
- Huevo a baja temperatura, toques de trufa, láminas de pan crujiente, alguna cosa mas, mezclar todo y disfrutarlo.
Pa amb tomaquet bueno. No tomamos postres.

La carta de vinos es corta y extremadamente cara, un Orto (26€), copas correctas, vino servido a temperatura y servicio estándar.

En la relación calidad-precio creo que sale ganando respecto a otros similares como Tapas 24, pero algunas raciones son muy justas.
Hay que probarlo.

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