Restaurante clásico, en las formas (portero que te abre la puerta), en la

Restaurante clásico, en las formas (portero que te abre la puerta), en la decoración, incluso en la cocina. Carta de vinos bastante ajustada aunque contiene vinos de la zona, lo cual se agradece. Copas Riedel y temperatura de servicio correcta (Pie Franco Casa Castillo 2000: 31€). Amplio surtido de entrantes y primeros platos en los que han dejado volar más la imaginación. Arroces, pescados y carnes de segundos, tradicionales en su concepción. Pedimos un arroz con mero y gambas (gambitas en realidad) con el arroz en su punto aunque con exceso de azafrán. 10-15 postres a elegir en carta. Comí bien aunque el precio puede ser un factor a tener en cuenta (y no pagué yo).