Kyo: restaurante japonés en la zona Blasco Ibáñez

Casi de forma fortuita me encontré con este restaurante utilizando el buscador de Verema. Me extrañó no haber oído hablar de él antes, además de habérseme pasado por alto los comentarios precedentes. El caso es que ya nos picaba la curiosidad y nos decidimos a visitarlo y resultó una agradable sorpresa.
El restaurante ubicado en la calle Serpis es muy pequeñito, con una larga barra y unas cuantas mesas. Me gusta el minimalismo del local y el ambiente desenfadado, más de sushi bar que de restaurante en sí. Ni rastro de asiáticos en la barra ni en la sala, lo que no me preocupa si el resultado es bueno. A cambio, el servicio es eficiente, cercano y te guía con facilidad por la carta. Ver trabajar al cocinero sobre la barra es otro de los atractivos del local.
Escogimos de entre los platos que tenían un ceviche de langostino tigre con salmón realmente bueno, nos encantó como entrante, fresco y equilibrado en el macerado y condimentos de las vegetales que lo acompañan. Tartar de salmón con huevas y wasabi, de nuevo buen dominio de los pescados crudos y las proporciones, pues el picante estaba en su punto. Por ponerle algún pero, el corte del pescado no quedó todo lo limpio que debiera, dando una consistencia más "babosa" que carnosa. Vimos cómo preparaban el ovillo de kobe con puré de chirivía y como tenía buena pinta, pedimos el plato, que además aparece como destacado en la carta. Evidentemente no es kobe, posiblemente wagyu, pero la calidad es muy buena y la preparación original. Pedimos sashimi moriawase, evitando los excesos de arroz que acaban pasando factura al final de la cena.
En la parte de sushi nos decantamos por un niguiri de vieira caramelizada, de los mejores platos de la noche, uramaki de anguila, rúcula y fresa, otro de los que recomiendo, por su originalidad y sabor, y por último uramaki de atún, aguacate y huevas, menos original pero muy bueno.
De postre tomamos el helado de té verde, otro gran clásico de los asiáticos, pero en este caso la calidad de helado y la base, una galleta con mantequilla de cacahuete, lo hacen diferente y especialmente atractivo.

La carta de vinos es escueta, aunque tiene algunas referencias interesantes, aunque siguen faltando espumosos y blancos, como suele pasar en este tipo de restaurantes.

  1. #1

    Luisvlc

    Gracias por el comentario, tras las fotos que vi en instagram de Ruben. Anotado para la próxima cena. Para lo tomado la RCP esta bien, que bebisteis si se puede saber y si entra en el precio?

    Saludos

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