Menú elaborado

Aprovechando la estancia en San Sebastián, decidimos acercarnos hasta el país vecino para hacer un poco de turismo. Bayona, Biarritz, San Juan de Luz son 3 pueblos / ciudades con mucho encanto y que vale la pena visitar.
A la vuelta la idea era parar en Hondarribia, visitarla y comer de pintxos por los distintos bares pero como ya llegamos tarde y aún encima estaba lloviendo decidimos ir directos al grano.
Empezamos a buscar los bares que habíamos anotado como posibles y uno tras otro estaban cerrados, hasta encontrar el Gran Sol. El problema es que la taberna de pintxos que tiene también estaba cerrada, estando sólo disponible un restaurante con la única opción de un menú del día bastante elaborado. Como era tarde decidimos quedarnos y a la postre tampoco nos arrepentimos.

Las opciones para comer eran 3 primeros, 3 segundos y 3 postres, a elegir uno de cada tipo. Opciones bastante interesantes todas, agradable encontrar un menú así. Al ser 2, en el primero y el segundo optamos por pedir cosas distintas para compartir y probar más. Lo degustado fue:

• Arroz cremoso de setas. Un arroz bien de punto, con un agradable sabor a hongos y con ralladuras de queso encima que lo hacía más meloso todavía. Llevaba un chorro de balsámico de Módena que aportaba un toque distinto.

• Croquetas caseras variadas. 6 unidades con 3 sabores distintos: jamón, pescado y choco en su tinta. Las mejores las de choco, las que más sabor tenían pero los tres tipos buenos en general.

• Merluza a la bilbaína. Un buen trozo de merluza acompañada de patata panadera y una salsa muy agradable. Buen punto de cocción, cosa que no es tan fácil encontrar.

• Pollo relleno. Un buen muslo de pollo relleno de jamón y queso presentado sobre un ligero puré de patata y acompañado de chips. Plato sin demasiado misterio pero interesante para un menú del día.

A la hora del postre y continuando con la tendencia mía actual, optamos por pedir un queso con membrillo. El queso, un semicurado sin mucha historia y el membrillo un poco mejor.

Para beber y dado que la carta de vinos no era para echar cohetes, decidimos tomar una cerveza por cabeza además de agua.

Es un restaurante con un menú un poco más elaborado de lo habitual aunque el precio tampoco es barato para tratarse de un pueblo.