Nuestra experiencia no fue tan positiva. Lo que nos da que pensar que el

Nuestra experiencia no fue tan positiva. Lo que nos da que pensar que el éxito de público ha provocado la reorientación de la línea del restaurante hacia el concepto de "local de cenas del Carmen" donde se prima el número sobre la calidad para un público que exige poco más que un local bonito.

La cocina resultó mucho más básica y tradicional de lo esperado, con buena materia prima pero escasamente elaborada. Los platos principales más bien manidos, solomillo con foie, magret con mango, carrilleras con piña en chocolate (escasamente acertado). Guarniciones genéricas y salseado sistemático con reducción de PedroX. Rutinario.

Los postres y entrantes en la misma línea con nulo factor sorpresa.

Buena cristalería (nos sacaron copas Riedel para el tercer vino), interesante carta de vinos con inquietudes y precios más o menos comedidos. La jefa de sala nos orientó bien en la elección aunque el trato resultába excesivamente premioso seguramente por el exceso de reservas. En