Rancia taberna que seguro vivió tiempos mejores al son de algún chotis de la inolvidable Olga Ramos.

Cocido muy lejos de otros locales de similar estrechez-precio y gambas a la plancha en generosa ración son el reclamo de este restaurante, aunque la carta tenía más referencias no vimos ninguna mesa que se saliese de estos dos platos, nos han hablado sobre el rabo de toro de este local, pero no nos decidimos.

Los restaurantes de cocido madrileño están confundiendo cebar al cliente de garbanzos, chorizo, tocino, con darle un plato elaborado en condiciones.

Cada vez que oigo lo de que “si te comes el cocido entero..te invitan” me pongo malo.

Servicio de vino inexistente con una carta con algunas DO pero escueta en referencias.

Lo dicho, taberna típica de Madrid con un cocido mejorable, pero que cumple.

Es uno de los restaurantes madrileños más famoso por su cocido de tres vuelcos que es su principal atractivo, aunque también tiene otros platos tradicionales de la cocina madrileña como el rabo de toro, los callos, y muchas tapas y raciones que se pueden degustar en la barra, además de los pescados y carnes a la brasa. Cuando se creó este restaurante aparte de su cocina, se hizo famoso porque se amenizaba la sala con las coplas de la hija de Olga Ramos. La decoración es la de la típica taberna castiza, con motivos taurinos en las paredes y el servicio de mesa de taberna. La carta de vinos es solo regular por lo no muy extensa, predominan los Riojas, y ahora van añadiendo algunos de los vinos con nombre propio que van apareciendo. Recomiendo esta taberna para comer un buen cocido madrileño de tres vuelcos.