En la misma línea que el comentario anterior, nos hacemos un menú del langostino y el arroz, con los mismos pases. Todo rico pero sin entusiasmar.
El vino de la casa un blanco de Batea, Terra Alta, de Cellers Pinyol, Raig de Raim, que seduce por su corpulencia bien trabajada con un pelo de macabeo (20%) a la clásica garnacha blanca de aquellas tierras.
Como el menú nos pareció poco, pedimos unas navajas para acompañar que resultaron ser del Delta y que si bien por tamaño eran pequeñitas, sedujeron por su profunda concentración.
Cafes y un pacharan Baines.
Pasamos de los 18x2=36 de los menus a +12 por las navajas y +12 por el vino (algo pasado de precio). Ya estamos en los 60. Agua, cafes y pacharan y a los 77 que nos vamos...mmmh...
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