Menú mediodía ofrecido por este nuevo local japonés en el eixample, a un precio bastante competitivo. Este menú también esta disponible los sábados. Comemos en la barra, bastante cómoda, mientras vemos al chef realizar las distintas presentaciones de pescado.
La fórmula es la de ensalada + sopa de miso + un plato principal + postre y bebida, a un precio de 12'5€ persona, que aumenta hasta los 14'5€ dependiendo de si el plato principal es de sushi, sashimi o makis.
La sopa y la ensalada correctas sin más, en las típicas raciones mini de este tipo de menús. De principales pedimos pollo y cerdo rebozados, muy buenos, el rebozado perfecto y muy suave, acompañados de arroz y unas verduritas variadas, al dente. Un par de cervezas para beber y un par de postres, un yogurt con mermelada de frutas y un pastelillo bastante dulzón.
Servicio correcto, con ganas de agradar aunque un pelín lento a ratos. Precio para dos personas 25€, RCP correcta para un menú sin complicaciones.
Restaurante japonés ubicado en donde antes estaba un famoso restaurante de cocina nórdica.
Local simple con decoración a base de madera japonesa.
Optamos por el menú degustación de 40€, chupito de ostra, ostra francesa acompañada de salsa ponzu y huevas de pez volador, sopa de miso buena, carpaccio de vieiras, salmón asado a la parilla, variado de sushi i un simple helado de té verde, buena calidad, buen producto pero a mi gusto porciones justísimas, un poco más de comida por ese precio no sentaría mal.
Carta de vinos muy limitada con referencias como CanEstruc, el Perro Verde o el albariño de Telmo Rodríguez, optamos por este, servido en unas copas de muy baja cualidad y bastante caliente.
Tiempo de espera entre plato y plato muy largo, nos lo tomamos en tranquilidad ya que era domingo y eso que el restaurante estaba por la mitad.
Ilusiona descubrir novedades como Futami. Son sitios que aparecen sin hacer demasiado ruido, que te recomiendan algunos amigos de confianza (el boca - oreja de siempre) y que cuando vas, sales contento y con ganas de volver, para consolidar la opinión. Se trata de Futami, que podemos catalogar de nuevo japonés y auténtico. Está en la calle Enric Granados, casi tocando Aragón por lado mar.
El local es sencillo y sin complicaciones. Cuando reservé, no pedí ningún sitio en concreto, pero al llegar nos ofrecieron la barra. Dudamos, ya que las barras a no ser que ofrezcan espectáculo de primer nivel tipo Shunka o Koy, siempre restan intimidad y obligan un poco a la interacción, pero aceptamos y estuvo bien.
La barra está dominada (así lo interpreté, pues nunca pregunto), por el propietario japonés, que todavía no dominaba ninguno de los idiomas "normales" en BCN, excepto inglés... :).
La curiosidad es la maître catalana, que ha trabajado de profesora en Japón y se comunica en japonés con el jefe de barra. En la barra hay un ayudante catalán, que las pasa canutas con los perfeccionismos del jefe... :)... que incluso se preocupa del ángulo y orientación en que dejan un plato de sushi en la barra por los comensales. Y lo digo en positivo ... A mí me gustan los perfeccionismos cuando no son forzados (hago la aclaración, ya que cada vez es más frecuente que alguien confunda mi ironía "natural" con crítica negativa).
Tomamos un sorbete de ostra, pollo teriyaki, sashimi MAGURO, un surtido moriwase y hosomaki de anguila. Los platos estuvieron excelentes, destacando el sorbete extraordinario, el pollo muy, muy bueno y la anguila a nivel restaurante japonés estrella ... y ya entendéis lo que quiero decir. En mi blog podeis ver las fotos de los platos.
Como postre un helado de wasabi (me encantan los helados de wasabi) y como vino ... casi me da vergüenza confesarlo, pero la carta de vinos era tan pobre, que lo más decente era el "perro verde" ..... Grrrr .... Y es que me gustan tan poco los verdejo como los xarel · los ...
Tengo ganas de volver, pues aparte de que me gusta la cocina japonesa, este lugar me sorprendió. Y pienso que la mezcla de japonés auténtico con gente de aquí en el contacto directo, ayuda bastante en la comunicación. Que conozco más de un lugar que para dar "autenticidad", ponen algún chino de front-end, pensando que el confundiremos con un japonés y encima de sentirte engañado, la comunicación es chunga. El coste de la cena sin contar el vino, fue de 60 € en total para dos. Podemos decir que muy buena RCP, dada la calidad.
Un comentario final ... Nosotros salimos contentos, pero conozco un par de personas que han ido en "día punta" y se han quejado de que el servicio es muy lento. Nosotros fuimos un martes noche con poca afluencia y el servicio fue totalemnte correcto.
Ricard Sampere
www.restaurantscat.cat