Hace un par de años el Narru cerró su local de Gros (donde ahora ha instalado sucursal la cadena "Pecaditos") para reabrir meses más tarde en los bajos del hotel Niza, en pleno paseo de La Concha donostiarra, en el mismo lugar donde hasta entonces funcionaba una pizzeria. Creo que el cambio no ha afectado sustancialmente a la calidad de la comida, aunque percibo una cierta moderación de precios. De hecho hemos cursado dos visitas a este local en los últimos meses y en ambas pudimos comer o cenar de menú, incluso en festivo, pese a que en su web indican que en fin de semana no existe tal opción. Leí hace poco que en el actual panorama de la restauración en Euskadi hay una sobresaturación de cocina vasca de mercado "reconstruida" (lo dice naialor en rinconessecretos.com, http://www.rinconessecretos.com/restaurantes/restaurantes_europa/restaurantes_europa_espana/restaurantes_europa_espana_pais-vasco/restaurante-ur-gatza-bilbao/). Es decir (entiendo), como si del abuso de la "deconstrucción" (tipo Bulli) se haya pasado a una recuperación "interpretada" del repertorio tradicional. Supongo que el Narru es un ejemplo de esta tendencia. En cualquier caso como digo nuestras visitas fueron de menú, lo que quizás no permite probar las opciones más complejas de su cocina. Las dos veces la oferta era muy parecida (tres primeros, cuatro segundos y tres postres para elegir) y en la última de ellas pude probar casi todo pues éramos cuatro: entre los primeros, ensalada de tomate con ventresca de bonito y (creo recordar) pimiento morrón (muy rica), arroz meloso con almejas (correcto sin más), ravioli de setas con huevo (contundente, quizás un plato más adecuado para compartir aunque la ración la verdad era pequeña). Entre los segundos, merluza con verduritas salteadas (lo probé en ambas ocasiones, excelente las dos, se ve que es un plato que dominan y gusta), bacalao confitado con pil pil y crema de patata (muy bueno también), presa o secreto ibérico (yo creo que anunciaban presa pero sirvieron solomillo, de todas formas solo lo caté de pasada y no me entusiasmó) y por último un buen taco de chuleta con su jugo bien servido. Mi postre (las dos veces) fue exquisito: crema de queso con migas crujientes de mantequilla (no apto para diabéticos, je je...).
Todo esto costaba 26 más IVA con el vino y el café incluidos. No hice apenas caso a la oferta vinícola pues los vinos del menú estaban bien (la última vez un rosado de Inurrieta, D.O. Navarra). Con su cubitera de hielo y en buena copa, por supuesto. Lo dicho, precio equilibrado y buen producto. Algo más de lo que se puede esperar en un menú ilustrado (de los de la horquilla 15-25) pero sin llegar a lo que se ofrece a la carta. Supongo que en este caso la cuenta superaría los 50, con lo que la RCP ya no es tan ventajosa. De todas formas y a favor de la honestidad del local hay que decir que las ofertas de menú estaban en la carta o eran adaptaciones de platos de la misma (supongo que en raciones más comedidas). Con lo cual la calidad está asegurada, vamos, que no es un menú de baratillo sino una oferta seria y bien pensada.
El ambiente acogedor, estilo minimalista sin pasarse, con ese aire de "bistró" algo informal que tanto se lleva. No había demasiada gente pese a que la última visita era en día de puente con mucho turista en la ciudad y la oferta de menús y pizzerías (o sea, los sitios de 15-25 por cabeza) estaba petadísima.
Un último comentario: ¿no hay veremeros en Donostia? Ya sé que abundan los comentarios sobre los grandes clásicos de la ciudad (Arzak, Akelarre, etc.), muchas veces supongo que de visitantes. Sin embargo echo en falta más reseñas sobre la interesante oferta de clase media que tenemos en Donostia. Sin ir más lejos, nadie había escrito hasta ahora sobre el nuevo Narru (sobre el "viejo" creo que solo lo hice yo mismo).