Buenas, si es de lo último que pinté en una escapada para a ver mundo. En Denia creo.
Hoy he comido en este restaurante, gastrobar, era una reunión informal, un grupo de siete amigos con la intención de pasarlo bien y comer de menú.
El local está remozado, anteriormente era una cafetería. Muy bien situado, en el centro comercial de Santander, es decir muy bien comunicado y con tres aparcamientos subterráneos en los alrededores.
Luminoso, con preponderancia de colores de la gama de los beiges-maderas claras, y mobiliario rectilíneo, con zonas parcialmente diferenciadas de ambiente de barra y tapeo y de mesas. La sonoridad es buena.
las mesas sin mantel salvo una revista/carta y carta de vinos bajo el plato, se podía interpretar como un mantel individual.
El menú del día a un precio de 18 euros incluye dos platos a elegir entre dos grupos de seis a ocho platos, que tenía unos apuntes que en ciertos platos aumentaban el precio del menú de uno a seis euros (me sorprendió, no estoy acostumbrado a esa 'tasa'), pan copa de vino y agua.
La comida evolucionó desde una cierta decepción inicial ante la parquedad de los primeros platos, por otra parte muy bien emplatados: Verduras a la plancha y crudas, pocas y pequeñas, pero excelentes. Arroz en un punto justo justo incluso corto, con un gran aroma a setas.
Mejillones al curry apreciados incluso por los no habituados a mezclas de sabores.
Huevo a 62 grados con ravioli de morcilla muy bien conseguido.
Los segundos platos ya fueron más contundentes:
Carrilleras secas y crujientes por fuera corta melosidad por dentro.
Cochinillo lardado bien.
Bacalao excelente.
Se presentaron en raciones normales (lamento no tener la descripción completa de los platos, no iba mentalmente preparado para comentarlo después).
Y los postres fueron un final feliz:
Muy conseguida la manzana x 4.
La torrija, a mi entender, en su punto.
El servicio que es correcto y que se hace notar poco, tardó demasiado tiempo en la continuidad de la comida, con retraso en la presentación de los segundos y de los postres, con ese punto molesto de tardar en servir a uno de los comensales cuando todos los demás están servidos.
El vino, solo puedo decir que no recuerdo que fuera mostrado ni catado por ningún comensal. Y a sabiendas de la buena bodega que tiene, dejo a otros comentar ese apartado. 'Alguien' que me conoce, dice de mí que no me gusta el vino, pero se lo que es bueno, y lo tomo con placer.
¡Ah, el pan!, grandes porciones esponjosas y con corteza crujiente (lo siento el pan me mata).
Lo dicho, tengo que volver, con gente más atenta a lo que se come y se bebe, que me hace apreciar a mí también mejor todo, y que no enrede con el tenedor con lo que le han puesto en el plato (amigos: sí, pero la vaquiña por lo que vale).
No visité el baño, esencial.
El precio que pagamos está desvirtuado por cañas previas, extras, dos botellas de vino, 16 copas (dijo el maitre que 18 en cataluña...) y cafés, por lo que pongo el del menú.
Buenas, si es de lo último que pinté en una escapada para a ver mundo. En Denia creo.
Por cierto he estado en la 'maraña' de hilos y tal, y me he encontrado con lo de los cerdos ibéricos, espero no tener la desgracia de enredarme en ninguno contigo. Tienes más peligro que un congrio recién pescado. Dicho esto con todos los respetos para tí y para los congrios (por cierto: depredadores).
Bienvenido, me muero de ganas de conocerlo!!!
Un saludo
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