En esta primera toma de contacto nos hemos decidido por conocer la zona de la barra. Nos ofrecieron una mesa al fondo del local, en una zona alejada del bullicio (aunque si bien es verdad es que esa tarde el local estaba prácticamente vacío), de elegancia sobria pero bien climatizada e iluminada. Estuvimos en una mesa cómoda muy bien atendidos por un camarero la mar de atento y hasta simpático. Buena recepción y despedida por parte de todo el servicio de sala: cortesía y profesionalidad.
La carta de la barra es bastante más variada que la del restaurante, la mayoría con posibilidad de medias raciones. Las elaboraciones mantienen un buen equilibrio entre pinchos y raciones clásicas y modernas, con presentaciones bien cuidadas. El resultado es una oferta que respeta los sabores de los productos base de la carta. Merece la pena resaltar su oferta de chacinas Joselito, aunque en esta ocasión no los probamos. También destacar que su carta cambia según temporadas siguiendo la oferta del mercado.
Servicio del pan que consiste en unas rebanaditas de un único pan más que aceptable.
Como detalle de la casa, unas aceitunas gordal de primera, perfectamente aliñadas.
Comida para dos personas:
- Huevo asado con habitas enanas, jamón y patata: Presentado dentro de un tarro de cristal. Uno de los clásicos de la barra que no defraudó, aunque eché en falta alguna picardía que le diese un poquito más de sabor, como podría ser un poco de trufa rallada.
- Langostinos crujientes envueltos en brick, guacamole y vinagreta de tomate: Cuatro langostinos de tamaño mediano con una crujiente y delgada cubierta; perfecta la fritura. Original el toque del guacamole con el tomate.
- Cebiche de mújol: Muy refrescante cebiche muy bien macerado y acompañado de tiras muy finas de cebolla morada, zanahoria y mango. Quizás se echó en falta un poquito más de generosidad en los taquitos de pescado. Sobresaliente la leche de tigre que queda al fondo del bol.
- Media ensalada de alcachofas, puerros de Navarra y jamón: Cuatro alcachofas con unos puerros (todo de conserva de la marca Catedral de Navarra) coronadas por una loncha de jamón ibérico. Refrescante ensalada sin mucha historia.
- Tortilla de bacalao: Magnífica tortilla generosa de bacalao desalado, hecha por fuera y muy jugosa por dentro, con el huevo poco hecho (nos recordó las tortillas de Betanzos).
- Steak tartare con salsa de mostaza y pera: Me presentaron un steak de ternera de rechupete, en su punto de salsa Perrins y mostaza. Por ponerle un pero, me hubiera gustado los cortes de la carne un poquito más gruesos. Muy bueno en cualquier caso.
- Torrija caramelizada con helado de plátano y canela: Generosa torrija clásica de la casa empapada en leche fresca. Bien pero tampoco nos llegó a entusiasmar; quizás algo pesada y con algún recuerdo desagradable a “requemada”. El helado muy cremoso y con buen sabor.
En cuanto al servicio del vino, tienen una carta de vinos no muy amplia pero que está a un buen nivel con algunas presencias de vinos franceses y alemanes y con precios para nada escandalosos. Por copas la oferta es bastante escasa pero puede resultar suficiente. Nosotros pedimos una botella de un desenfadado Domain Jean Pierre Grossot 2010 (AOC Chablis) servido en copas Schott. Nos lo dieron a probar a temperatura demasiado alta pero, sin decirles nada, el camarero preparó una cubitera que corrigió la temperatura del servicio en apenas 15 minutos. Siempre estuvo atento a rellenar las copas.
Precio total: 90.98€ (inc. IVA, pan y servicio a 1€, una caña muy mal tirada y el vino).
Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en la zona de barra de este local con IVA y servicio incluidos y sin bebidas.
Será el cobro del pan`por persona. Y lo de la caña mal tirada en Madrizzzz ¿qué?
Lamentablemente es cada vez más difícil tomarse una caña bien tirada, aún siendo Madrid. Y si hablamos de cafés, ni te cuento.
Saludos
Lo del café aquí es realmente difícil, casi he desistido.
De momento y vamos a tocar madera aqui no se cobra el pan , bueno en un par de sitios si , pero es una costumbre bastante extendida , en galicia en casi todos , pero también tienen la costumbre de convidarte al final al orujo , por lo que en mi caso pierden .
Hombre, si te lo sacan con alliolli y tomate rallado tira que te va, pero hay veces que es lamentable; acorchado, reseco, etc. Luego hay sitios que te cobran el segundo servicio o al revés. Y otros, que consideran una calidad muy alta y lo cobran de inicio.
Lo del orujo a mi también me sobra.
Para mi es un tema que no me gusta nada. Se está poniendo de moda, lamentablemente, cada vez más en todos los restaurantes esa especie de impuesto revolucionario. Me llamó la atención hace poco en Francia que allí no te cobran ni pan, ni servicio, ni nada por el estilo. De hecho me encanta que las cartas siempre incluyen el IVA, por lo que las facturas no llevan ningún sobresalto.
Saludos
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