Bueno sí, el mejor restaurante del que he podido disfrutar en mi vida, comparado con otros triestrellados en los que he podido estar ... bueno, mejor no compararlos, porque entonces debería existir una cuarta estrella, por hacer justicia hay que decir, que los 3 del norte (Akelarre, Arzak y Berasategui, por si hay algún despistado), hace ya 5 años de la última visita, y la cocina ha podido dar muchas vueltas para conseguir mayor sorpresa del comensal. Santamaría no tiene tanta excusa.
Del local, poco que decir, contraste de tradición y modernidad en el edificio, sala amplia, espaciosa, buena distancia entre mesas, reparándolas cada 3 o 4 mesas mediante estanterías/librerías/aparadores, de forma que da un poco más de intimidad, con un parterre acristalado central, ciertamente original. El servicio absolutamente impecable, cercano, comprometido, respetuoso, absolutamente profesional, incluso Joan tuvo atenciones para la peque, de 14 meses, que todo hay que deicr, se comportó y aguantó el tirón de las casi (o sin el casi) 4 horas que duró la comida, que para un aficionado a la gastronomía es los más parecido a haber estado en el paraíso, el resto de descripciones, casi está de más, (incluyo foto). El único pero, el emplazamiento, a desmano de todo, con buena climatología, aun se puede llegar uno dando un paseo por la Devesa, en pleno agosto con más de 35º y con un carrito, no tanto.
Servicio del vino a la altura de la cocina. El precio excelente para este tipo de restaurantes, no llegaba a duplicar el precio en tienda. Optamos por un Do Ferreiro Cepas Vellas 2007 a 43 €. Como no duró hasta el final, le dejé a mi mujer terminar la botella, y a partir de las carnes salté al maridaje propuesto, cobrándome las copas de forma individual, quizás éstas a un precio un poco más alto, comparado con los de la carta, pero aun así, gran flexibilidad por su parte.
Lo que comimos: El menú festival, compuesto por:
Snacks.
- Olivas caramelizadas.
- Bombón de Campari
- Espina de anchoas de l'Escala con témpura de arroz de Pals (sí, la espina)
- Crujiente de grué y cacao
- Parfait de pichón
- Tortilla de caviar de arenque
- Brioche trufado conm caldo de escudella.
Buff, que forma de empezar, arrolladora, casi inmejorables, detalle especial las olivas caramelizadas, que recolectas tú mismo de un bonsai que te llevan a la mesa, siendo casi la anchoa la que rellena la aceituna (el caramelizado lo hacen con la primera, creo). El bombón de Campari (esferificado), o el sabor intenso del brioche.
Primero:
- Cerezas con Ventresca de atún y genjibre. Refrescante.
- Escalibada al humo de brasa con encina. Tomate, berenjena, cebolla y pimiento. Textura nueva, recuerdo ancestral. (presentado con una campana que al descubrirla deja salir el humo, que te hace pensar que estás en una barbacoa).
- Gamba a la brasa con arena de gamba y esencia de gamba. (reproduciendo un fondo marino)
- Sopa de cebolla y nueces de crespiá con comté. Bizcocho de nueces. (Quizás el más flojo).
Pescados
- Lenguado con aceite de oliva y sabores del mediterráneo. (hinojo, bergamota, naranja, piñones y olivas verdes). Un bocado, un sabor.
- Calamares con roca de cebolla. Que te traslada en sabor a una lonja de pescado.
Carnes
- Steak Tartare a su manera. Excelente y arriesgado, tanto que mi mujer lo cambió por..
- Cochinillo ibérico con cebollitas a la brasa, melón y remolacha.
- Cordero con terrina melocotón y albaricoque. Especial mención a la parte, que era el cuello, deshuesada y presentada en timbal, incluso creí reconocer que venían incluídas las lechecillas (que me apasionan), el pero: el melocotón se apoderaba del sabor, y opté por prescindir, o más bien, separarlos.
Postres
Sorbete de destilado de limón
Souflé de rosas
Sorbete de sandía con coco y estragón (el mejor).
Muy frescos, bien para limpiar la boca, quizás heché en falta algo más "repostero". Para mi gusto como conjunto el peor grupo de comida, aunque la temporada llame a estos postres.
Soberbio, si saco algún pero, es por comparación con la grandeza del resto de platos.
Y este festival en toda regla, al precio por el que otros grandes, te dan el degustación básico. 145 €.
En la factura hay que añadir, además del vino y los menús, los 12 € del agua, el carajillo de baileys y la infución de mi mujer, los 4 de la copa de Casta Diva Cosecha Miel, 4€ del Latt (Albersweiler) Gewurztraminer 2006 Auslese Ökonomierat Rebholz, y 6 de un vino identificado como Halemberg en la cuenta y que no consigo recordar, para los postres. y 8 € de sendas copas de Jamet 05 A.O.C. Côte Rotie (precios de los vinos sin IVA) para el steak tartare(que inicialmente venía maridado con un oloroso) y el cordero. Total, 377 € por haber estado como digo, 4 horas en el paraíso.
No he estado en el Bulli, pero creo que puede ser de las experiencias más parecidas que puede haber en cuanto a restauración en España, y haber estado en Can Roca, me ha hecho ya no desear, sino casi necesitar, el poder ir algún día, que jodido lo tengo.