Almuerzo para dos con altísimas expectativas tras las valoraciones de los compañeros del foro. Local precioso, con planta triangular y sala dispuesta alrededor de un bosquecillo. Pedimos el menú festival, para probar el máximo número de platos posible, consistiendo salvo excepciones en los mismos ya descritos en las entradas anteriores. De beber, un Colet Assamblage extra brut y de postre un Scharzhofberger Kabinett.
Gran nivel general de todo el menú, sin que encontrase no obstante ningún plato que me vaya a hacer volver. Magníficas las elaboraciones, presentaciones y sabores, pero faltándole un "algo" que no atino a explicar.
No nos enseñaron la cocina ni la bodega, ni pudimos hablar con ninguno de los Roca, a pesar de que al llegar solo había otra mesa ocupada. Sorprendente el escaso asesoramiento en materia de vinos y que de vinos de postre por copas sólo nos ofrecieran el Kabinett y un Pedro Jiménez, "obligando" a pedir la botella en caso de querer algo diferente.
Quizás influyó que doce horas antes estábamos saliendo de El Bulli, pero para mí fue una pequeña decepción.