En esta que quizás sea nuestra última visita al actual Celler de Can Roca
En esta que quizás sea nuestra última visita al actual Celler de Can Roca puedo decir que celebramos un "fin de fiesta" apoteósico. Todo, absolutamente todo (incluso separación entre mesas en nuestro caso) estuvo en un 10 sobre 10.
Repetimos menú sorpresa con platos tan originales y bien ejecutados como la ostra al Champagne donde se solidifó algo gaseoso como el carbónico del Ch., los mejillones al riesling (7 elaboraciones diferentes dispuestas en hilera), un souflé de ceps simplemente magistral o la ventresca de cabrito con parmetier de leche de cabra y menta hecho en el horno de baja cocción. Como espectacular uno de los postres: Cromatismo verde (parfait de Chartreuse, té verde, pistachos y balsámicos) dispuesto en una bandeja de vidrio retroiluminada con un pequeño fluorescente verde.
En este caso la armonía de los vinos fue sugerida por Pitu y fue todo un desfile digno de las mejores pasarelas, como ejemplo de autenticidad, tipicidad y clase: Macharnudo, Egon Müller Scharzhofberger Spätlesse 03, P.Jakob Kühn Lenchen B.A. 02, D.Dagueneau Pur Sang 04, Meursault Clos de Mazeray 99, Idig 01 de A.Christmann, Amontillado Coliseo de Valdespino (qué grande!) y Hermannshöhle Auslesse GK 02 (Niederhausen) de H.Dönhoff.
Sigo pensando que hoy por hoy es de las mejores experiencias gastronómico-enológicas que uno puede disfrutar con sobretodo mucha honradez en la cocina, en la sala y en la bodega.
Todo incluido por 150,00 eur / persona. Volveré seguro!