Sin duda el Celler de Can Roca sigue siendo el mejor restaurante de este país.Puede que algunos provoquen más sorpresa, otros tendrán una cocina más personalista y hasta en otros las armonías culinarias sean más complejas pero en ninguno cocina, bodega, sala y tratamiento del cliente se unifican para alcanzar la total excelencia. En este 2017, el Celler ha evolucionado tanto en cocina como en la gestión de sus recursos. Menú degustación totalmente nuevo respecto al 2016 con la incorporación (todavía en pruebas) de piezas enteras de pescado y carne que se trinchan y sirven en sala.
Los detalles marcan la diferencia entre una gran experiencia y la mejor. Que te reciban en la terraza con champagne, que Jordi Roca haya desarrollado una esencia líquida de libro viejo, la calidad de las copas (todas sopladas a mano), el silencio y la luz de la sala, los brioches de aceituna negra que se hornean de nuevo a las cinco de la tarde, desarrollar un ravioli de lenguado con su piel, que un chico de sala que acaba de entrar te diga que te lleva en su coche clásico si no viene el taxi en 5 minutos, que el mejor plato del menú de 2016 para quien escribe se convierta en un aperitivo en 2017, la variedad de los vinos en un maridaje de ensueño. Los intangibles, de los que suele hablar Josep Roca, cada vez son más tangibles. Los hermanos no dejan cabo suelto.
Aunque parezca una contradicción, la experiencia es sosegada pero sin pausa. Se trabaja el detalle a conciencia. Al descender a la sala te adentras en un estado de ensimismamiento y se tiene la sensación que el restaurante es más pequeño que lo que realmente es. Los separadores, la luz y las botellas provocan que cada mesa parezca la única. La percepción de exclusividad es evidente.
Culinariamente el Celler es amplio y amable. Juega a ganarte por puntos y no por K.O. Pase a pase va tejiendo su tela de araña en la que atraparte con bocados siempre sabrosos pero sobre todo elegantes. Joan Roca busca más la sugerencia continua que la contundencia momentánea. Mirada especial al mar con bocados sobresalientes como el tartar de gamba y el de ostra con su concha, el calamar y coco, la anguila y angula o el salmonete. También exhibición en la caza donde la haggis de grousse, la liebre con mole y el pato azulón nos dejan profundos recuerdos junto con esa pularda con tartufo.
Post completo http://www.complicidadgastronomica.es/2017/11/celler-de-can-roca/
Comida 10
Servicio vino 10
RCP 10
Entorno 10
Hola Maresme,
Pero si usted va en breve. ¿Cómo me puedes envidiar? ¿por qué dices lo de cortarte?? Dudo que pase...
En breve estare tiene usted razon,pero me ganas en asiduidad.
Lo de no te cortes es una expresion,quiero decir que vayas todas
las veces que quieras (puedas ;-).....y no te cortes en ponerlo
por aqui jeje.....a pesar de esa envidia que me generas ´´siempre sana´´
Saludos
Ahhh. Me llamo la atención mucho que no hubiera ningún otro comentario durante 1 año casi
Seguro que sí. Ya sabes que el que la sigue, la persigue
Es el templo a peregrinar.
Genial visita y comentarios.
Felicidades por ese disfrute
Saludos
Así mido los años....de visita en visita...
Cuando sales, ya quieres volver o por decirlo de otra forma; nunca nos queremos ir
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