Muy prometedor

El fil d’Ariadna es el nuevo restaurante de la chef Ariadna Julián, según he podido leer, cumple su sueño de tener su propio restaurante y así, dar rienda suelta a su filosofía gastronómica.
Formada en varios restaurantes estrellados (por Michelin, no porque se estrellasen :-)) como el Raco de Can Fabes u otros estrellados en Francia y Suecia, su última aventura fue como chef, dominando las brasas de Cal Xim.

Pues leía en El Periodico, en la sección de Pau Arenós, que Ariadna quiere volver a la cocina de siempre, a la de las madres y abuelas, y empieza por sus colaboradoras, todas son mujeres, tanto en cocina como en la sala.
Sin duda, el protagonista es el producto y eso lo pudimos ver en la carta, donde dominaban platos cocinados con distintos tipos de setas, creo que la carta va cambiando con la temporada.

El local es elegante, bien decorado, largo, con las mesas bien dispuestas, buena mantelería y vajilla, que varía dependiendo del plato que pidas, con unas sillas de madera, de esas de antes que quedan muy bien, el conjunto es agradable y cómodo.

Para empezar, nos traen dos cremas de verduras para acomodarte el cuerpo.
De primeros, una ensalada que mezcla lo verde, con frutos secos con frutas como naranja o granadas, fresca, ligera.
Un (bueno, dos) huevos a la brasa, previamente cocidos a alta temperatura y los coloca sobre una sobrasada caliente, unas trompetas de la muerte y unas patatas pequeñas. Bastante bien cuando lo pruebas en conjunto, desentonaban algo las patatas, aunque el plato me sonaba algo mejor cuando lo leía.

De segundos, un foie a la brasa, con unos cortes que parecen patatas fritas, pero que en realidad son manzana, servido en una pizarra cuadrada muy grande, que consigue su impacto visual, buen producto y bien hecho y una buena pieza.
Y un pulpo a la brasa, una pata de buen tamaño, servida de nuevo, con patatas, trocitos de calabacín, alguna seta y unas olivas negras, que me sorprendieron, al mezclarlas con el pulpo, descubrí una unión muy interesante. El pulpo bien cocinado y bueno.

No pedimos postre.

La carta de vinos pide a gritos mas referencias, apenas diez tintos y otros tantos blancos y algún cava, aunque huyendo completamente de las referencias comerciales, si no recuerdo mal, no hay ni un tempranillo, los precios los encontré bastante contenidos.
Tuvimos una interesante charla con la sumiller, y al final acordamos un Font de la Figuera 2008 (24€), que ella recomendó decantar, nos pareció acertado, envinó las copas, lo decantó con cuidado y lo sirvió, en general nos pareció un servicio del vino, por encima de la media, si amplían la carta, puede ser un muy buen sitio para disfrutar del vino.

En mi humilde opinión, me parece un restaurante con mucho potencial, llevan unos meses, y supongo que tienen que asentarse, si cambian la carta de acuerdo a la temporada, puede que les cueste un poco mas, aunque ya nos decían que algunos platos ya son fijos.

Al final de la sala está la cocina con una gran ventana y mas o menos, puedes ver el trabajo que hacen, en general nosotros percibimos dedicación y ganas de satisfacer, les deseo toda la suerte del mundo.

En este caso, puntuar la comida, se me ha hecho muy difícil, quizá estaría sobre el seis, pero como aquí va de cinco a siete, permitirme que pase al siete, por lo que acabo de describir.

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