Aún estando cerca de todo, que lejos queda de todo. Parece un viaje al fin del mundo en su búsqueda cuando realmente esta a escasa hora y cuarto de Laredo.

Teníamos ganas de volver. Ganas de sentarnos en la mesa de la cocina. Ganas de disfrutar. y vaya si lo hicimos!!

Cuando llame para reservar hice hincapié en la mesa, pero me indicaron que iba en función de ocupación. Vamos que si estaba lleno podríamos tener suerte. No fue el caso.

Llegamos. El parking no estaba muy lleno, normal con el día que hacia. Entramos, notamos la calidez del ambiente. Esas chimeneas con su leña ayudan a darle calor a semejante comedor. Peligro, hay mesas para dos en el centro del comedor, por suerte las esquivamos y nos acomodan al lado de una chimenea.

Ojeamos la carta, pensamos y finalmente elegimos lo siguiente:

- Lascas de bacalao, con pesto y yema. Preguntamos por las lascas, laminas de bacalao. El plato más flojo de toda la comida. La verdad, sin pena ni gloria.

- Rabas a la brasa. Me atrevo a decir que son las mejores rabas que hemos comido nunca. El sabor que deja la brasa es una delicia!

- Arroz negro. Sublime. No hay otra palabra para describirlo.

Ya en los segundos, ambos teníamos antojo carnívoro!

- Mila, albóndigas de entrecot con hongos de temporada. La verdad es que estaba de 10! Las albóndigas suaves, con un sabor sorprendente. Muy buen plato!

- En mi caso, solomillo a la leña con crema de idiazabal. Junto al que comí en nuestra primera visita al Palmanova, el mejor solomillo que me han puesto nunca en la mesa! Espectacular.

Una cosa que me gusta de este establecimiento es que los postres hay que pedirlos en la comanda, no después. Aún con el empacho que llevábamos no iba a quedarse la tostada de pan brioche con naranja que habíamos pedido. Sobresaliente.

El pan que acompaña la comida excepcional!!

La comida fue regada con un Louis Roederer. La verdad es que no hay mucha variedad y los precios están bastante hinchados. Rico, pero no es algo que enamore. Indicar también que abrieron la botella con poco arte, dejando caer parte al suelo y no trajeron cubitera hasta un buen rato después.

Los café culminaron la comida. Normalitos.

Una comida, por otra parte excepcional!! Nos gusta este establecimiento.

¿Qué sí volveremos? Salimos de allí con una sonrisa de oreja a oreja, eso creo que lo deja todo bastante claro!

La verdad es que después de varios tropiezos, ya iba siendo hora de poder disfrutar algo de la mesa. Gracias a dios, en este establecimiento tanto Mila como yo hemos salido más que satisfechos!!!

Cuesta llegar, sobretodo si haces caso del GPS, porqué cuando te dice que has llegado aún te quedan varias decenas de metros para llegar. El sitio recuerda al Kate, pero como más antiguo. Nos gustaron mucho tanto los jardines, como el sitio en si. Curioso detalle de la mesa en la cocina o las dos de la entrada. Pra nuestra desgracia, nos toco un mesa de centro... Prohibirlas era poco.

Nos acomodamos, traen cartas y la carta de vino. Aparte nos cantan lo que tienen fuera de carta.

Empezamos con un aperitivo en forma de crema de lentejas. Empezamos bien!

Compartimos lo siguiente:

- Explosión de foie... preguntamos a ver en que consiste y nos dicen que va con un toque de brasa y tal y cual. Nada de nada, micuit. Lo más destacable el pan que acompaña al plato.

- Pulpo a la brasa. Muy bueno, aquí ya se habá olvidado el plato anterior. Sin florituras, un trozo de tentaculo (buen tamaño) cortado al medio con un regustillo picante!.

- Milhojas de morcilla con pimiento verde. Excelente.

De segundo nos pusimos de acuerdo, cocochas a la brasa. Flipas lo buenas que estaban!!! Si nos hubiesen puesto otro plato más seguido nos le comemos! Pero ojo, había que dejar sitio para el postre...

Un postre que debes pedirlo al mismo tiempo que pides entrantes y segundos. Me parece de maravilla. Mila pidió un sufle de chocolate con helado de naranja que te pasabas de lo bueno que estaba. Por mí parte, cuajada con frutos rojos y miel; muy refrescante, justo lo que estaba buscando!!!

Hago redoble de tambores con los postres porque estaban realmente muy buenos!!

Finiquitamos la comida como acostumbramos; con cafe! Esta vez de puchero, buen detalle.

Para beber... no hay mucha variedad de espumosos la verdad. Pense en pedir un Roederer pero lo habiamos bebido hace poco y nosotros no somos de repetir. Esta vez, no pude tirarme a la piscina, nos metimos por el pecho una botellita de Gosset; excelente. Del servicio de vino lo que dicen los otros comentarios, apertura, cubitera, primer lenado y ya. Bastante flojete en ese aspecto.

El trato es distante y frio; fue algo que nos llamo mucho la atención.

¿Volveremos? Algún dia! de momento vienen dos clásicos de la tierruca que nos encantan! El Baruco y La Solana!!!

Total por el festín, 200€

Hacía muchos años que no estaba en este restaurante del que guardo grandes recuerdos. Tiene una virtud : está viejo, pero no deteriorado. Viejo , pero cuidado, grande , imponente y sin perder( lámapras aparte), su buen gusto natural, no artificial , cargado de realidad. Gastronómicamente sigue siendo una buena opción , con precios razonables, para disfrutar de una buena parrillla de carnes, pescados y mariscos en un entorno escondido e idílico. Gran solomillo al carbón, un arroz cremoso de langostinos y kokotxa riquísimo, apetecible y acertadísimo. Begihaundi a la brasa, bacalao con salasa de manitas y kokotxa, recomendable pero a un nivel algo inferior. Pantagruélicos postres de chocolate y manzana. Un vino sencillo, servido sin pretensiones, buena hogaza de pan, sopa de cebolla al inicio , un café, trato amble y cercano y la mafnífica terraza: 182 euros, no esta mal para los cuatro, hoy día

Local situado en una bonita zona, el problema es que como hacia un día de perros, no teníamos buenas vistas, cuesta un poco encontrarlo si no lo conoces , Jon ya lo ha descrito , un bonito baserri , me gusto mucho el interior , techo enorme y decoración típica vasca .

Las personas que te atienden, mujeres todas, menos el que creo socio, que hacia de jefe de sala, iban con el traje regional, servicio atento y agradable.

Según entras en el comedor, tiene varios, uno muy coqueto con una sola mesa y rodeado de lo que parece una cocina, nosotros estábamos en uno más grande, lleno para unas cincuenta personas y según entras en este están las brasas, hay que decir que dan muchas bodas pues el sitio es perfecto, aunque el camino es pequeño, nos comentaron que pasan autobuses pequeños.

Tomamos un menú cerrado, por 47€ iva incluido, + 3€, por cambiar el vino, ya que opte por el itsasmendi nº 7 en total 97€ el menú de los dos adultos.

Empezamos con un bombón de foie braseado con frutas y pan artesano, muy rico y sabroso, varios panes tostados y durante toda la comida un buen pan casero, de esos que se hacen con masa madre, con un toque acido.

A continuación finas láminas de atún con ensalada cuajada y lascas de hongos, el atún estaba un poco blando, quizás si hubiese estado un poco mas frió, mejor, la ensalada cuajada, zumo verde con gelatina, original y un poco de hongo, correcto.

Chipirón braseado con cebolla roja de Zalla, bueno.

Milhojas crocante de morcilla y salsa de piquillo , morcilla de verdura de la zona , potente , quizás para mi gusto , sobraba el foie que le pusieron por encima , era poco pero ya era un plato contundente y graso por demás.

Merluza en brasa de encina, ligado de su jugo y vinagreta de moluscos, rico, pero no le saco el braseado.

Laminas de chuleta deshuesada a la brasa y crema de patata y albahaca, la carne rica y con buen sabor a brasa y a ganado mayor, que dicen ahora.

Torrija a la brasa y helado de pan de centeno, bien empapada, casi parecía dulce de leche, buena.

Para Uxue seis croquetas, correctas a 6€+iva y un filete con patatas, buen sabor a brasa, en las carnes lo note en el resto no, quizás por que no estoy acostumbrado a notarlo si no es carne, no se, 12€+iva tres bolas de helado con chocolate caliente, 7€ +iva, al final 25€+iva la comida y tampoco fue muy abundante, pero rica.

Gin-tonic de bulldog, 8€+iva.

En resumen local con bonitas vistas si hace un buen día y comida correcta , tirando a buena , estaba lleno el comedor y eso que caían chuzos de punta .

Caserío sin tunear, mantiene su estructura casi original, con las vigas de madera viejas, las puertas antiguas, decorado con toda clase de artilugios de antigua usanza.
Varios comedores, más o menos grandes. Zonas ajardinadas con mesas donde con mejores condiciones climáticas tiene que ser un verdadero placer tomarte un buen trago largo.
Como uno es pájaro de noche, ve las cosas de distinta manera y la "aventura" de acercarse hasta allí tiene otro encanto.
Está bastante bien señalizado y desde Gernika se llega enseguida, eso sí desde mi casa es una horita corta.
Mesas bien decoradas con buena mantelería, estupenda vajilla de un blanco impoluto y copas de muy buen tamaño.
Las chicas correctas, sin más, sin ningún tipo de simpatía, yo a eso le doy mucha importancia pero no es su obligación. Yo necesito más "cercanía" pero......
Tamaño más que correcto, nosotros hemos tenido la infinita suerte de situarnos junto a una chimenea de leña que hoy, sin ser un día frío, se agradecía. Más que correcta la separación entre las mesas.
Hemos aprovechado un cupón de ésos que tanto empiezan a abundar y la verdad es que hemos acertado.
Empezamos con un pan casero recién horneado ,crujiente a más no poder, de los que me encantan.
Arroz meloso con hongos y cola de cigala, muy conseguido, tieso el arroz, con mucho sabor, los hongos se deshacían en boca y la cola de cigala tenía un "problema", solo había una. Me hubiese comido dos docenas.
Bakalao a la brasa con su pil-pil uno de los mejores que he comido jamás. Me ha hecho dudar incluso del pescado que era. Una textura diferente le daba la brasa y aunque las láminas eran demasiado chivatas, hasta he pensado en una buena merluza.
El pil-pil de los de recomendar a Isaac, muy conseguido, muy bien ligado. Pocos bakalaos al pil-pil he comido yo tan ricos.
Láminas de entrecot a la brasa muy tierna la carne, con mucho sabor, punto ideal de sal. Nada que objetar. Acompañado de una crema de queso que yo, para variar, me he comido con cuchara antes de la carne. A mi la carne me gusta sola, sin acompañamientos que me engañen.
De postre nos han sacado una Tarta de chocolate con crema de arroz con leche y helado de canela, estaba rico, el conjunto sabroso pero no me ha enamorado. No puedo sacarle ninguna falta pero no sé como decirlo, sin chispa.
Para beber entraba en la oferta bien un crianza o bien un txakoli, yo me he decantado por un Txakoli Aretxondo 2011. fresco, nariz un tanto afrutada y acidez excasa, con un postgusto no demasiado largo. Correcto, sin más, quizás mi recuerdo del Itsasmendi 7 me ha jugado una mala pasada. Dar a probar, cubitera y buen tamaño de copas.
Café de puchero servido en unas cafeteras de las de toda la vida, tanto el café como la leche. Si lo sé lo pido solo, sin leche, es de los que no te ponen nervioso.
Copita de Px, es una de mis "obligaciones", de los que "pican", no de los que empalagan.
Un cigarrito en su precioso jardín, rodeado de una variopinta colección de árboles de distintas especies, mesas de madera antigua, de piedra, paseos de piedra.....
Desde luego que es un lugar idílico donde seguramente se disfrutará más una noche de primavera o verano y los que sois de mediodía, de una buenas vistas.