Algo más que cruzar una acera

Conocemos esta taberna desde que comenzó en ese pequeño local de la calle Menorca y lo cierto es que su evolución iba siendo patente en las sucesivas visitas. Tras el pasado verano y con el cambio de la taberna de los hermanos Laredo a su nueva ubicación, Miguel Angel cruzó la acera y se instaló en local que dejaban, más amplio y cómodo. Dejando pasar un tiempo prudencial nos pasamos el sábado y lo cierto es que, como en otras ocasiones, salimos contentos.

No ha habido muchos cambios internos en la barra, alguno más en el pequeño comedor, local absolutamente lleno y a pesar de que llegamos pasadas las 15:30 tardamos un rato en sentarnos en la barra, sin duda que está teniendo éxito. Carta de raciones amplia y completa, con alguna sugerencia fuera de ella y la posibilidad de pedir medias raciones, la verdad que casi todo apetece. Comenzamos con un salmorejo con jamón (8,5€) elaborado con un tomate sabroso y de muy buena calidad, algo denso para nuestro gusto pero muy bueno. También lo ofrecen con ventresca. Continuamos con las mini-hamburguesas de ternera de wagyu (14€), 4 pequeñas hamburguesas perfectas de punto y sabor, bien acompañadas con mostaza de grano y una salsa de tomate. Muy buenas. Por último y como plato fuerte, un arroz meloso de setas y rabo (14,50€), ración enorme y contundente, generoso en trozos de boletus y con migas de rabo estofado que otorgan mayor melosidad. Cuesta terminarlo pero acabas mojando pan, un arroz potente y delicioso. Finalizamos con un sorbete de papaya y tequila (5€) refrescante y con un cierto toque exótico. No tomamos más porque veníamos de picar de otros sitios, ya estábamos totalmente saciados.

Aquí siempre se ha cuidado el tema de los vinos por copas y lo cierto es que la oferta resulta muy completa, con unas 25 opciones en total y una lista con bastante calidad, por ejemplo disponemos de los VORS de Tradición por copas a un precio muy ajustado, o de vinos siempre complicados de encontrar en una barra como Viña Gravonia. Pedimos una botella de Amizade Godello 2011 (14€), un vino que elabora Gerardo Méndez, el mago del albariño en Monterrei, fresco y rico, muy apropiado para este tipo de comidas informales. Copas correctas, aunque eso del logo del local serigrafiado…nunca nos ha gustado. Servicio en barra atento y amable, un punto destacable.

Pues lo cierto es que la evolución de esta taberna está siendo muy positiva y el cambio de acera no solo ha permitido aumentar negocio, sino igualmente consolidar un proyecto que siempre nos ha convencido, constituyéndose en una de las mejores opciones para tapear en la que es para nosotros la mejor zona de tapeo en Madrid por calidad media de locales. El público no es tonto y los llenos son absolutos, al menos en fin de semana. Muy buena referencia.