Dentro del marco incomparable del precioso edificio de la Alhóndiga de Bilbao, perteneciente al grupo Yandiola y debajo del restaurante Yandiola, se encuentra este local que presenta varias opciones de comida.
Por un lado, puedes comer en la misma barra de forma cuadriculadada que encierra a los cocineros a los que puedes ver trabajando.
Dispones además de una opción de llevar comida preparada para los que andan con prisas.
Y la tercera opción es sentarte en sus mesas y cenar más tranquilamente.
Las mesas son pequeñas y el espacio entre ellas reducido. Los manteles de papel, no hay cambio de platos y las copas son normalitas.
La carta, presentada en una especie de mantel, es variada, con platos mediterráneos, vegetarianos y orientales.
Hoy nos hemos decantado por:
Papas arrugadas : unas patatas cocidas con su piel con una salsa picante. Pues eso mismo, patatas cocidas, una ración casi exagerada que ofrecen de picoteo pero que la verdad me ha defraudado un tanto. Menos mal que untando en la salsa consiguen un poco de sabor.
Tomates asados gratinados al queso idiazabal :
Unas rodajas de tomate con un toque de queso que la verdad es que se dejan comer, acompañados de unas lechugas que hemos visto como sacaban de las bolsas. Nada del otro mundo, correcto.
Fideua de rape y langostinos : Muy rica de sabor, se notaba que estaba hecha ya de tiempo, muy pasada, buena ración, acompañada de una especie de salsa mayonesa que hacía más sabroso el conjunto.
Un par de panecillos recién horneados, calentitos, muy tostados, como a mi me gusta.
Una pena pues las raciones son generosas y no hemos podido pedir un postre que seguramente nos hubiese dejado un mejor sabor de boca.
Para beber hemos pedido un Casillero del Diablo 2009, blanco. No sé muy bien que decir. Mi chica ha dicho que le recordaba a fruta excesivamente madura, a mi me dejaba un gusto un tanto raro. Quizás un entendido hubiese dicho que incluso estaba malo pero el no saber es lo que tiene. Igual es que sabe a lo que tiene que saber.
Un cafecito rico y a otra cosa, mariposa.
Teníamos mejor recuerdo de este restaurante pero yo creo que el probar cosas y más cosas, hace que tus gustos vayan cambiando, que te hagas mucho más exigente y lo que antes te parecía bueno, ahora simplemente te parezca correcto.
Eso sí, si pasais por Bilbao, no dejeis de visitar la Alhóndiga, es preciosa y desde luego que eligiendo bien, tampoco es como para no acudir a este local.