Local vanguardista con entrada por C/ Maestro Serrano, comunicado por la cocina que comparte con Ricard Camarena restaurant, con entrada por C/ Sumsi. Muy curiosa y plausible la ocurrencia.
A un lado de la cocina, una estrella michelín, (que serán dos “más rápido que deprisa”… ¡1 estrella con dos meses sólo desde la apertura!, han debido batir todos los records de precocidad) y al otro lado de la cocina un bistrot moderno.
Como decíamos, el local es fashion, tanto en su decoración como en su ambiente, trendy y muy heterogéneo en edades.
La sala tiene forma de tubo, y en ella imperan el verde y marrón a un lado (provocados por cajas de Heineken arriba y de madera abajo) y el negro a otro. Al fondo, la cocina, también rodeada de negros con alguna inscripción suelta.
Mesas, sillas y demás, “canallas”, la vajilla y cristalería sin embargo muy dignas y variadas. Cuando digo vajilla variada, me refiero a las que sacan al centro, porque las de cada comensal no las cambiaron en toda la cena. Comprensible por el concepto y el enfoque de negocio, pero así es.
Cocina mediterránea con toques internacionales, desenfadada pero imaginativa (cómo no, estamos hablando de Ricard Camarena) y de calidad. Parte en muchas ocasiones de recetas tradicionales que luego él recicla, rediseña y mejora.
Tomamos un menú previamente concertado, éramos un grupo de 8, y por 25€ (sin vinos) nos sacaron, siempre al centro:
• Buñuelo cremosos de bacalao
• Vitello tonnato "canalla"
• Croqueta de pollo a L'ast
• Ensaladilla rusa " Ricard Camarena"
• Ensalada César de brocoli y pollo picante
• Torrija de chistorra y lima keffir
• Nem vietnamita de salmón, rúcula y queso tártaro
• Bocata planchado de tocino,pepino y salsa Hoisin
• Texturas de chocolate
No voy a detenerme en cada plato, pero no hubo ninguno que te dejara indiferente: ¿ensaladilla?... sí, pero qué ensaladilla; ¿buñuelo?... sí, pero qué buñuelo; ¿croqueta?... sí, pero qué croqueta…
Y así todos, muy buen nivel y del agrado del grupo entero, excepto la Torrija de chistorra y lima keffir que únicamente me gustó a mí, aunque tampoco me entusiasmó. La parte alta de la torrija, era como un huevo poché rebozado (esto gustó a todos, estaba divino), pero la parte baja era una especie de pasta de croqueta firme muy jugosa y especiada que a todo el mundo le supo a jabón, y nadie se terminó. No sé que le imprimía ese curioso sabor, yo juraría que llevaba jengibre, pero había ahí algo más… El plato lo completaban unas rodajas de chistorra frita.
El servicio, muy superior a la media de este tipo de establecimientos. Juanma es un crack que dirige con maestría la sala, capitaneando un equipo de camareras voluntariosas y con muy buena presencia, sin excesiva formación pero bien mandadas.
La cena comenzó con un ritmo trepidante, acelerada en la salida de platos. Se lo comenté a Juanma y a partir de ese momento el tempo pasó a ser el que deseábamos: ágil pero sin atropellos. Muy bien captada la idea. Juanma sabe y mucho. Nos comentaron luego tanto Ricard Camarena, (quien tuvo el detalle de venir a saludarnos y al que felicitamos efusivamente por esa estrella que le habían concedido el día anterior) como el propio Juanma, que ellos han detectado que la gente por lo general, viene a comer rápido, que le gusta que le sirvan con mucho ritmo, pero que en cuanto perciben que alguien se siente atosigado, bajan las pulsaciones de inmediato. Así fue. Lo que no comprendo, aunque asumo mis rarezas, es que vengas a cenar a un sitio que te brinda esa originalidad, esa creatividad, esa frescura y calidad, y no te detengas a paladear sus creaciones, a disfrutarlas con sosiego, sino que te las tragues a toda pastilla. No lo critico, pero escapa a mi entendimiento.
La carta de vinos es muy reducida, aunque realmente bien seleccionada. Nos pasaron, buen detalle que se agradece, la carta del otro local, y tomamos un Gramona Imperial Brut Nature 2006, un Louro do Bolo, un Dominio de Bibei Lalama y cerramos con un kabinett fresco y ligerito (8,5 grados) del que no recuerdo el nombre.
Ricard nos ofreció enseñarnos el otro restaurante, y ahí fuimos después de la cena. Nos recibió ese pedazo de profesional llamado David, que nos hizo una visita guiada con una copita de auslese en la mano…
Lo tienen realmente bien organizado. Están condenados al éxito: en el centro, Ricard, creando y dirigiendo, a un lado David, y al otro Juanma. Con ese equipo… ¿quién no mete gol?
Volveré, y procuraré además que sea a menudo.
Buen homenaje Jefe! Y estupendo comentario!
Sigue en la lista de "pendientes"... algún día...
Gracias Ada!
Táchalo de esa lista pronto...
Hola!
Me ha gustado mucho el comentario y muy acertado, estuve en cuina oberta y probe muchos de los platos que describes. Me llama la atención que yo también me quede sorprendido con el sabor de la torrija de chistorra. Pense como tú, algo citrico, gengibre o citronella, y se me ocurrio preguntarlo. Eran hojas de lima kaffir.
La atención fue constante hasta el final, y también me quede con muy buen recuerdo.
Un saludo.
En mi próxima visita a Valencia, lo testo...Aunque les diré el tiempo que tengo...
Por cierto , casi se me olvidaba , me ibas a decir otra joyita de queso de mi zona , cuando estuviésemos en Zaragoza , pero claro con tanto y tan arduo trabajo , no nos dio tiempo a acordarnos , así que a ver si lo sueltas , que tal los quesos castellanos , uno era gamazo , de Valladolid , que en algún comentario había salido , y el otro campos goticos de villerias , Palencia un saludo.
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