Pasó a mejor vida

No se en qué momento dejó de ser lo que siempre fue, pues no se en qué año fue traspasado. Fue uno de mis restaurantes de referencia en la ciudad, uno de esos clásicos a los que hay que volver sí o sí. Sabíamos que ya no lo regentaba el mismo equipo, pero decidimos volver, después de unos cuantos años, y probar suerte.

Ahí quedó todo, en probar y descartar para el futuro. Una lástima. Sólo pedimos 3 entrantes para 3, comida frugal, menos mal que no nos lanzamos o habríamos derrapado. Los berberechos estaban recocidos, ahogados en el fondo del plato y sobrepasados de sal. La fritura de pescado me transportó al chiringuito playero con menú plastificado, y el calamar fue el único que aprobó el examen. Los postres discretos. Eso sí, los precios se han mantenido como antaño.

Una pena. Queda borrado de mi lista uno de los grandes de la ciudad.

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