Una vieja y bien conservada bodega

Restaurante con amplio número de visitas en @Verema y que parece que ha ido creciendo en calidad con el paso de los años a tenor de las valoraciones primeras y de las últimas que se han hecho. Así me lo pareció también.

Dispone de un aparcamiento a la llegada por carretera desde Haro que, si no es tardía la hora de llegada, se agradece sobre todo si vienes directo desde más de 500 km. El edificio es una autentica bodega de Rioja con una entrada elegante con recepción y acompañamiento a tu mesa reservada.

En el interior de estilo castellano y espacio de bodega se dispone en varios comedores, algunos semiprivadas para pequeños grupos, siendo el espacio principal de techo muy elevado, amplio, con bastantes mesas de buen tamaño, cómodas como las sillas castellanas, bien vestidas con buenas copas y con vajilla y cubertería clásicas y choca a la vista la presencia de cuadros abstractos en las paredes de muro de piedras; todo el lateral derecho es un amplio botellero refrigerado a la vista que completa muchos metros cuadrados. Allí nos ubicamos dos veremeros como antesala del encuentro @VeremaRioja23.

La carta de vinos es muy amplia comparable a locales con estrella y dispone de multitud de referencias que, aunque mayoritarias de la zona (puede que estén casi todas las bodegas) también dispone de vinos de otras zonas y unos cuantos extranjeros pudiendo encontrar algunos a un precio más que razonable; dispone también de un reducido (más amplio de lo habitual) surtido de vinos por copas. No nos decidimos por botellas y cometamos con el sommelier ir a opción por copas con algunas peticiones propias y otras por consejo del propio Iván, un autodidacta que empezó trabajando en la viña, y aunque al principio la toma de contacto fue algo distante ya que el estudio previo (y elección de vinos) por la web nos lo anuncian como muy desfasado (¿?), con el transcurso de la comida acabó siendo magnífica hasta el punto de esperar al final del servicio y enseñarnos la vieja bodega en el sótano (¡vaya maravilla! y ¡qué vinos!) con una copa espectacular de vino de Oporto de más de 50 años: Bandeira Extra nº 4 (lo mejor de lo bebido este día y de lo mejor que he bebido en vino de Oporto), abierta para nosotros mientras contemplábamos las reliquias del santuario. Antes en la mesa empezamos con copas de Tío Pepe en Rama 2019 décima edición muy notable y el Oloroso del Maestro Sierra de 15 años de vejez que es un valor seguro; seguimos con copa de Valenciso 2022 blanco y no nos acabó de gustar el rosado que probamos una mezcla de uva mencía y uva de Jerez -suponemos palomino fino-; lo siguiente ya fueron tintos: copa de El Temido 2013 de viñedos de altura en DO. Arlanza y de Château Thienley 2019 un correcto vino de Burdeos; los quesos fueron con de Malus Mama 2014 una sidra de hielo que se recogen maduras y se congela, no las manzanas, sino el equivalente al mosto durante 6 meses, se descongela, se pone boca abajo para decantar dejando aparte el líquido, se cría en barrica 2-3 meses quedando como un dulce natural y Justino´s Malvasía colheita 1997 un dulce natural de la DO. Madeira sobresaliente muy complejo con una nariz oxidativa que recuerda a un Jerez inicialmente para pasar luego a sensaciones de Oporto. Todo ello precisó de hidratación con un agua sin gas grande Nume. El servicio impecablemente académico con descorche de la mayoría de botellas pese a ser por copas. Me gustó mucho las añadas de los vinos que, salvo excepción, conllevaban unos añitos de guarda y mejoría.

La carta de comidas es bastante amplia. Hubo un aperitivo por parte de la casa, una crema de puerros y un buen pan en la mesa al que hubo que resistirse pero fue imprescindible para la cata de aceites con que empezamos la fiesta y que fueron una arbequina de Finca Malzapato y una elaboración local de AOVE Rayuela para el restaurante junto a sal de vino. Fueron extras por cortesía de la casa. Los emplatados sin ningún guiño creativo, todo clasicismo puro; la cadencia de servicio fue correcta y más teniendo en cuenta que el local se fue llenando más de lo que parecía inicialmente y también que el apartado de vinos y sus referencias retardaban cada plato.

. pochas estofadas con verduras (12,90€) x 2: plato especialmente recomendado en los foros y que verdaderamente cumplió como cocina casera de buen producto, buena cocción, con su guindilla en el plato aparte. Recomendable.

. cochinillo asado a baja temperatura y deshuesado (23,50€): se acompaña de compota de manzana y ensalada de colores; buena elaboración y sabor, poco graso y un punto caramelizado interesante.

. chuletitas de cordero (20,90€): no son muy de lechal pero están perfectamente hechas a la brasa y fueron referidas como sobresalientes; buenas compañía de patatas y pimientos para completar clasicismo; luego resultaron las mejores de las que tuvimos en el tour riojano.

. postre: media degustación de quesos con nuestras confituras (8€): los quesos fueron de cabra curado, Camero, manchego curado, Idiazábal y queso azul con sus correspondientes mermeladas; perfecto para completar el tema de vinos.

Un buen café final y recordar lo que acabamos de disfrutar sobre todo en el aspecto de vinos y lo que hemos aprendido y conocido. Un plus gracias a la profesionalidad y amabilidad de Ivan con un paso final por la vieja bodega (literal) impagable.